TIARA
Me superaba, el dolor era tan atroz que las lágrimas se me
escapaban, lo único que no quería era que ella despertara para verme así,
indefensa y adolorida, suplicaba por que solo fuera dolor, que todo lo sucedido
no hubiera empeorado otra vez mis lesiones. Era difícil no pensar en ello y
recordar lo mal que estuve y su marcha, en especial el como me sentí en el
pasado y la quise alejar de mí, sabia que ahora no seria capaz, pero también
que sufría con la idea de serle una carga si las cosas asemejaban tan mal como
yo me encontraba.
Con todo lo que mas me preocupaba era que ella no
despertara, temía que tuviera una conmoción cerebral o alguna lesión que
impidiera que se recuperara, el temor
aumentaba con las horas, sabia que tenia que confiar en Estela pero a esas
alturas el miedo me superaba y padecía más por ella que por mí, cada vez me
importaba menos mi estado pese a lo que me dolía, solo deseaba volver a verla
abrir los ojos y que estuviera bien…
La puerta comenzó a desencajarse de su lugar, algo la
aporreaba con fiereza y me sentí horrorizada al pensar que la pesadilla de
anoche se volvía a repetir apenas amaneció, hice esfuerzos por alcanzar una
vara para protegernos, apenas la puerta cedió la luz del exterior me deslumbró cegándome,
apenas alcancé a alzar la vara frente a nosotras para protegernos, quien fuera
no hizo intento de tocarnos, más bien se quedó a la puerta esperando algo en
silencio, conforme me fui acostumbrando a la luz de fuera, vi que no era un ser
sobrenatural, sino varias personas, luego una de ellas se acercó cargando algo
y se paró a mis pies, comenzó a hablar pero su voz no me llegaba con claridad,
era como escuchar chirridos y tambores a mi cabeza a la vez que intentaba
comprender, al cabo de un rato pude reconocerla…. Mel, la madre de Serena, bajé
instintivamente el palo y sintiéndome en paz me deje recostar al lado de
Serena, solo pude suplicar que la curara, seguía sin pensar en otra cosa, ella
acepto mis palabras o lo poco que pudiera entender con que podía acercarse sin
peligro, y comenzó a escoltarme a mí tras comprobar que su hija seguía viva, no
escuchaba con claridad nada, solo percibía como me limpiaba aquí y allí con
gasas, daba detalles a Edmundo que tomaba notas a su espalda y de vez en cuando
percibía como se volvía hacia su moto que posaba tirada de lado junto a la
pared, no recuerdo en que momento se movió del lugar que ocupábamos ahora, y me
di cuenta que me perdí muchos detalles de lo ocurrido la noche pasada durante
el ataque.
Percibí como pasaban una tabla bajo mi espalda y casi sin
moverme me recolocaban sobre ella y ataban a la misma para que no se moviera mi
espalda ni nada, se me colocó un collarín y me pedían que no me durmiera, procuré
cumplir con la petición pese a que en ocasiones no estaba muy segura de si seguía
despierta o no.
Pude comprobar que realizaban el mismo proceso con Serena,
su madre lloraba mientras cumplía con esfuerzo con las técnicas para evitar
mayores lesiones, un móvil volvía sonar, ignoraba las veces que había timbrado
rompiendo la calma de la mañana, para mi era como un despertador que impedía
que cayera dormida.
De alguna manera no me preguntaban por lo ocurrido yo
tampoco tenia valor de hacerlo, solo guardé silencio e intentaba no perder
detalle de lo que sucedía a mi alrededor y ver si ella despertaba.
Ignoro cuanto tiempo transcurrió pero la habitación comenzó
a llenarse de personas, mi abuela se arrodillaba con dificultad a mi lado y la
doctora la abrazaba y consolaba diciendo que estaría bien, varios hombres como
el carnicero o el hijo del panadero se agolparon a las tablas siguiendo
instrucciones de la doctora, nos sacaron con sumo cuidado de que no se
desquilibrara la tabla ni sufriéramos golpes, una vez en el exterior, Natalia aparecía
con unos goteros y la doctora nos los colocaba antes de que nos introdujeran en
la ambulancia, hacia años que no la veía moverse por la isla y casi ni me
acordaba de ella, primero me metieron a mí por detrás y cerrando unos asientos
delante colocaron a Serena, asegurando su posición y la mía, mi abuela se sentó
a mi lado con la doctora y Natalia con su sobrina, eso me decía que yo corría
mas peligro que ella y me sentí aliviada, mas que asustada la verdad.
Llegamos a la taberna y nos metieron al mismo dormitorio que
yo ocupaba, Sofía seguía en el mismo dando ordenes, haciendo que la gente fuera
y viniera de arriba a bajo, la farmacéutica y Sam aguardaban que nos metieran
al mismo por la puerta con cuidado mientras sostenían varias cajas de las que
asomaban vendas, gasas, algodón e incluso algo de instrumental, ahora si que
tenia miedo, me hice el animo de que seguía viva y eso pasaría más rápido que
la noche pasada, y decidí no pensar más en ello, era como si los recuerdos me
desencajaran la realidad de la pesadilla.
La puerta se cerró, nos desligaron y colocaron en dos camas
que aparecían cercanas la una de la otra,
a su lado colocados unas barras de metal para los goteros, a un lado un teléfono,
se escuchó que el helicóptero estaba de camino, las mujeres se pusieron manos a
la obra, nos sacaron las ropas destrozándolas con unas tijeras, las curas sobre
mi que estaba llena de rasguños e incluso rupturas ande pensé que aun estaba
libre de espanto, casi todo mi cuerpo fue cubierto de algodón y vendas y mis
cabellos cortados, para suturar varios cortes, uno de ellos cerca del oído, con
razón el terror en los ojos de la doctora y mi abuela cuando me miraban, luego
le tocó a Serena, gemía en su inconsciencia e incluso gritaba como si todavía
luchara contra eso, su madre comprobó cada parte de su cuerpo palpando tomó notas,
pidió ayuda para hacer trasvistillos a pierna izquierda y colocó un corsé a su
abdomen, el collarín seguía colocado, su rostro aun magullado no sufría cortes
de gravedad como yo…
Al cabo de una hora apareció por la puerta unos enfermeros
con sus camillas, todas salieron y nos movieron de las camas a la camilla y así
nos llevaron con la ambulancia de una en una esta vez al helicóptero, nos
metieron con prisas dentro, mi abuela subió conmigo y Sofía nos despedía, a su
lado subió Sam, al lado de Serena se colocaron su madre y tía, mis ojos ya se
cerraban no me quedaban fuerzas, y fue cuando la voz de Mel me animaba a ello pidiéndome
que descansara, que estaba fuera de peligro, quien le preocupaba al igual que a
mí era su hija que seguía inconsciente pero no en coma al parecer.
Me dormí con los cascos
protectores a las orejas y el zumbido de fondo de la hélice, cuando llegamos a
nuestro destino me devolvió a la realidad el aterrizaje y que el motor parase,
fue escuchar las voces apresuradas lo que recordaron que nos pasaba, Mel no se
separaba de ambas, dando detalles apresurados al médico de guardia y encargado
de nosotras, por ser madre de Serena no le permitieron acompañarla pero al ser
mi medica y no familia a mí si, la mujer necesitaba hacer algo tanto que ni se había
cambiado de camisa y seguía con la misma con la que me realizó las curas,
pringada de sangre e incluso Betadine en las mangas, y eso que las llevaba
arremangadas, con las prisas no se preocupó de su apariencia como de costumbre
siempre miraba por los demás y nunca de si, admiración es lo que sentí por ella
conforme nos introducían a la sección de
rayos X, de ahí nos pasaron a otras exploraciones mas desagradables además de analíticas,
me escayolaron los brazos e inmovilizaron la cadera y vendaron el esternón para
sujetar unas costillas dañadas, dijeron de hacerme otro tac cuando la
inflamación craneal disminuyera, horas y horas, de pruebas y especulaciones
hasta que nos subieron a distintas habitaciones, mi abuela sumida en la
desesperación había perdido color y sus ojos hinchados me indicaban que era
incapaz de dejar de llorar, vaya manera de hacerme promesas y caer siempre en
que soy la única que la hace sufrir así…
A los veinte minutos el director
se presento a nuestra habitación y nos consulto si en verdad preferían que ocupáramos
una habitación con la paciente que nos acompañó o por el contrario teníamos
alguna reticencia, me dieron ganas de reír por su aspecto inmaculado y su gesto
que finalmente me encogí de dolor cuando un sonido ronco salió de mi garganta,
asemejaba mi risa pero más un gruñido, el hombre me miró y luego a mi abuela la
cual pidió que nos colocaran juntas que era una petición de ambas familias.
Al estar sujeta a menos maquinas,
me trasladaron a mí al otro dormitorio, allí nos esperaban Natalia y Melissa,
comprendí que Sam al no ser familia directa no le permitían subir, de pronto
vestida de enfermera apareció por la puerta se sacó la bata que la identificaba
como tal y la guardo en la taquilla de enseres del dormitorio, se sentó al lado
de Nat y suspiró; desde luego tiene recursos para todo esa mujer.
Melissa no comentaba nada al
dormitorio de nuestro estado, algunos colegas acudieron a realizar diversos diagnósticos
en el transcurso de tres días, al tercero Serena volvió en sí, y todas nos echamos a llorar de alivio, con
todo la cosa no terminaba ahí tocaba
realizar mas diagnósticos y pruebas que no pudieron mientras se encontraba sin
sentido, apenas se aseguraron que sabia quien era, y el resto quienes éramos e
incluso lo sucedido con su padre, es decir su reciente muerte, el especialita
de neurología deshecho el concepto de trauma y debían asegurarse de que no
sufriera ningún otra consecuencia por el golpe, antes de llevársela ya
comprobaban que pudiera mover los dedos de pies y manos, se me saltaron las lagrimas al saber que si podía,
las cosas no estaban tan mal tras tanto padecer.
Repetidas veces se me pregunto por
lo ocurrido, por mas que insistieran era algo imposible de explicar, por lo que
implique una posible amnesia temporal o traumática, Mel se mostraba escéptica
al hecho de que pudiera ser algo así, en cuanto el personal hospitalario marchó
con su hija impidiéndole seguirles, me miró directamente, por un instante pensé
en reproches y acusaciones, pero su mirada no demostraba ese sentimiento de
acusación, mas bien como si esperara el momento de encarar algo o como si
guardará algo, me dije a mi misma que imaginaba cosas, pero de vez en cuando percibía
su duda de volverse a mi y preguntar otra vez, en otras como si desear ser
confidente de algo que tampoco pudiera decir delante del resto, en esos
momentos Nat la tomaba de los hombros y le indicaba que se sentara como protegiéndola
de si misma…. O a mí de ella.
Al cabo de dos horas devolvian la
cama de Serena a la habitación, ella de nuevo descansaba, la miré alarmada, se
acababa de despertar, para verla otra vez con los ojos cerrados, la enfermera
al volverse para salir debió notar mi desasosiego y simplemente me dijo que
tras días en un estado de agotamiento y un ataque el metabolismo tarda más en
recuperarse en especial si se ve bajo una presión emocional que provoqué más
agotamiento. Asentí agradecida, mientras observaba como la madre de ella se
acercaba a mirar a su hija y le acariciaba el rostro.
Mientras pasaban las horas me
preguntaba que pensaría ella de lo ocurrido al faro, si la marcaría de un modo
negativo o no, sobretodo si seria capaz de vivir con un recuerdo tan
escalofriante y aterrador como el que un espíritu tenga el poder de atacar bajo
el deseo de la venganza y la posesión, peor es que supiera que fuera su padre
el que nos atacó…
Durante la noche, todas salieron a
intervalos del dormitorio, finalmente quedaron mi abuela y Mel, cuando ya
pasaba de las 2h. de la madrugada, resolvieron salir a tomar aire y un café
para despejarse, mi abuela iba a marchar sola pero al notar Mel que sus
movimientos eran vacilantes, la tomó del brazo acompañándola, volví mi rostro a
mirarla, y ahí estaban sus ojos abiertos, mirándome interrogantes y silenciosos….
-
¿Recuerdas lo ocurrido
al faro?
-
Sí.
-
No cuentes nada, nos tomarían
por locas, nos pondrían a un especialista y ninguna de las dos podemos explicar
lo ocurrido sin el perjuicio del resto, es difícil que nos crean o mismamente
que podamos dar una explicación coherente, sólo se me ocurre que ambas salimos
y nos cayó algo pesado por la tormenta además de ser arrastradas por la misma,
aparte de refugiarnos al interior, será difícil que nos crean al menos que
digamos que todo fue confuso por la lluvia el viento y la oscuridad…. ¿estas de
acuerdo?.
-
Sí, Tiara, mi padre
intento matarnos, Estela nos protegió, me dijo….
-
Calla… Espera a que
salgamos de aquí, ahora es mejor no tocar más el tema, evitar que nos escuchen,
recuperare tranquila, todo terminó, salimos vivas y gracias a dios sin
enloquecer, ten confianza en lo que te digo Serena, solo espera, tu madre no
paró de preguntarme, hasta el momento ignoran todo por que creen que tengo
lagunas amnésicas….
-
Bueno al menos no
tengo que corroborar a ciegas, ¿Cómo te sientes?, yo molida y con la mente
espesa.
-
Igual pero como si me
hubieran destrozado todos los huesos, pero parece que no es tan grave como se
pensó en un principio, ya casi estaba
recuperada del accidente que sufrí con la moto, incluso comencé a andar, ahora me queda saber si perdí
los avances.
-
Tiara, no tuve
oportunidad de decírtelo clara mente, de frente y temo que no llegue a tener la
oportunidad… Te amo y aunque me fui de tu lado, en el fondo nunca dejé de
hacerlo.
Mi respiración se cortó de la
impresión de escucharla decirme lo que tanto anhelé, también que temiera
perderme después de lo que habíamos pasado juntas, sentí ganas de gritar de
júbilo, de llorar de emoción, de abrazarla contra mí y no dejar que se volviera
alejar, la miré a los ojos viendo como derramaba lágrimas…
-
Te amo Serena, desde
el día que te conocí has sido la única en mi vida que me devolvía la alegría,
siempre me arrepentí de no tener las agallas de afrontarlo y pelear contra mis
miedos por lo que sentía…
-
Tiara, algún día
tendremos que explicarle a mi madre o tu abuela eso…
La puerta se abrió, con suma calma
Mel entró y atrancó la puerta antes de volverse a nosotras con un brillo en los
ojos que temí, era como ver la locura o una alegría tan inmensa que era
incomprensible dadas las circunstancias.
-
No hará falta dudar de
que os crea, ni que me expliquéis la razón que os ha dejado en tan lamentable
estado, durante horas temí no llegar a tiempo y me creyeron desquiciada, pero
en ningún momento me rendí. Cariño, tu hermano vino a mí, me insto a salir a tu
busca, a ayudarte, me contó de tu padre de su locura y sus intenciones, que
alguien más cuidaba de ambas, pero que no podrían daros asistencia, que corriera….
Tu tía me creyó desquiciada, (se volvió a mí), tu abuela se aterró pensando en
mis palabras en si habría perdido la cordura o si en verdad estabais en tan
grave peligro, como no fueron capaces de retenerme me acompañaron, al
encontraros tan mal ninguna tuvo valor de preguntarme o detenerme, me temen
algo, pero también están agradecidas de no haberos perdido, algún día
hablaremos con calma y alejadas de todo esto, pero como dijo Tiara esperemos.
-
Si sabias por que me
preguntabas.
-
Necesitaba confirmar que
no soñé escuchar y ver a mi hijo, que en verdad no sufría ningún desequilibrio
mental, y que supieras que estaba con vosotras y no temierais por vuestra
credibilidad.
-
Mama, yo no vi a
Derek, pero si….
-
Tranquila, algún día,
quien sabe, ahora se que vela por nosotras.
Las tres quedamos en silencio,
evitando recordar o pensar más allá de ésa habitación, de que al fin nos
confesamos y declaramos nuestros sentimientos, reconociendo que si podíamos
compartir un futuro juntas, en que circunstancias era algo que todavía quedaba
por descubrir, simplemente ya nada nos podría separar.
-
Antes de que os
durmáis, tengo una noticia muy buena para ambas, pronto disfrutaremos de una
boda en la familia.
-
La miré confundida
pensando si en verdad mi abuela y ella se iban a casar, la idea me produjo
extrañeza, sobretodo por que nunca considere que se volviera a casar, y menos
tan pronto desde que ellas dos comenzaron.
-
Ya se que piensas,
pero te equivocas cariño, Nat y Sam recuperaron la sensatez y digamos que han
superado sus diferencias y tomaron la decisión final que tuvieron miedo tanto
tiempo, ya fuera por terceros o por inseguridades entre ambas, así que
disfrutaremos de su enlace en cuanto os den el alta decidirán una fecha, así
que animaros que algo bueno ha nacido después de todo.
Eso sí que era una noticia muy
buena, quise imaginármelas al altar pero en vez ellas siempre acababa imaginándonos
a nosotras en un momento tan primordial, la idea me regocijaba y me animaba a
soñar cuando llegaría nuestro momento de unirnos ante todos, sin medias tintas.
Tardamos semanas y el tema
principal a la habitación desde esa noche era la boda, sonrojar a las novias,
mosquearnos a nosotras por estar atadas a la cama y no poder salir a tomar el
sol u otras cosas mas apremiantes que se reflejaban en nuestros ojos cuando nos
mirábamos olvidándonos del resto…
Siempre se quedaba alguna para
asegurarse que no nos volvíamos temerarias y nos levantábamos para salir a los
pasillos, lo que no se es si se planteaban que nos urgía mas tener contacto e intimidad,
la química era transparente entre nosotras, una mirada nos bastaba para
reconocer lo difícil que nos era estar tan cerca y no besarnos ni apaciguar el
fuego que nos comenzaba a consumir constantemente, era recordar ciertos
encuentros y siempre deseábamos lo que nunca llegamos a disfrutar. El deseo de
lanzarles un jarrón de flores y echarlas era muy tentador.
No hay comentarios:
Publicar un comentario