PARTE IV
Una intrigadora Celina asomó por la puerta, con un rostro
que en vez ser la viva muerte de los días pasados había cambiado a radiante de ilusión.
-
que la paz venga contigo hermana, ¿a que se debe tu
cambio de ánimo?
-
Y tu estés en paz Asalah, pues veras he descubierto que
nuestra elección para con Junaana fue acertada, esas dos andan enamoradas.
-
Y bueno de donde te llega la información, a mi, me
visitó hace media hora Junaana y no me dijo absolutamente nada y volví a ver
esa mirada vacía en su rostro, algo me dice que no ha salido bien.
-
No creo, estuve conversando con Shamsir, y no me lo dio
explícitamente, pero le dije era afortunada, por… que se salvó, alguien anda
interesada en ella y ha recibido las mejores atenciones, ¿adivinas cual fue su
replica igual de educada?
-
Ni me la imagino Celina.
-
Recito palabras textuales, así que valóralas. “Yo diría
que la fortuna es caprichosa y pretenciosa, nunca sabes lo que te espera al
otro lado de la puerta, sabes quien puede estar pero no sus intenciones,
piénsalo.”
-
Por Alá el misericordioso, esa muchacha si se enamoró,
entonces ¿cual es el problema entre ellas?
-
Ahí intervienes tú, visita a Juanaana y dile que
alguien mas anda interesada en ella, cuando quiera saber quien dile que yo
misma, que quede fascinada por su coraje, lealtad y sinceridad, además de su
modo de responder ante sus actos, a ver su reacción.
-
Y si les damos tiempo. Han pasado muchas cosas.
-
Hazme caso, justo ahora ambas están sensibles por todo
y su cercanía.
-
Por eso lo digo yo, tras tantos días de estar separadas
se van a necesitar y de alguna manera se buscaran.
-
Olvidas lo tozuda que llega a ser Junaana.
-
Hablare con ella pero no bajo tus pretensiones, veré
como están las cosas entre ellas, después tú y yo hablaremos y valoraremos,
pero no actuaremos por que sí.
-
De acuerdo, pero seguro que tengo razón.
-
Eso es lo que siempre me acaba molestando.
-
Lo se, hermana.
Al llegar el atardecer Asalan invito a pasear a Juanaana,
con la excusa de una compañía mas ligera que su hermana, la joven aceptó,
salieron por el recinto y llegaron a los jardines, al menos hasta sus puertas,
el rostro de Junaana se volvió ceniciento, al ver su reacción la dama la hizo
retroceder y volvieron desviándose por la biblioteca, subieron al piso superior
desde donde se admiraban con catalejos las estrellas, allí una terraza abierta
al desierto dejando ver tanto los jardines como el atardecer se sentaron a
disfrutar de la tranquilidad.
Junaana sospechaba que la dama tenia algo en mente, pues la
vio a la mañana y no la encontró tan pensativa, ella había pensando en
comentarle sobre el castigo que impondría a Setar, antes de que supiera la
propia Celina del mismo, el propio Califa consulto esa misma mañana pero como
ella dijo no deseaba sacarla de su celda todavía, deseaba que añorara ese
refugio.
-
Señora, me gustaría dirigirme a vos sin miradas
indiscretas y anunciarle a vos primero mi decisión para con Setar.
-
Te escucho.
-
Ella pretendió matarnos, al menos a Shamsir, perpetro también
un engaño con Celina no admitiendo que ella no rechazó a Shamsir, dos esclavas
fallecieron un día antes envenenadas al probar la comida que iba a ser llevada
a sus aposentos, por suerte ella no los probó, yo mandé retirarlos antes de que
se ella los probará, la joven estuvo tan cansada que aunque pidió la cena se
acostó sin tomar nada. Por lo tanto, tendrá dos semanas a la celda maldiciendo
la misma, sus comidas seguirán siendo las de nuestras cocinas hasta que salga
de la celda a su futuro destino.
-
Muy rebuscado, diría yo.
-
Su trampa no fue simple, muy pensada diría yo al
respecto.
-
Cierto, su destino final, por como hablas asumo que no
la vas a matar.
-
Ella misma suplicara la muerte Asalah, tenlo por
seguro.
-
No me intrigues mas,.
-
Se la enviara a un criadero de serpientes, alimentarlas
y catalogarlas, pasara el día rodeada hasta las rodillas de los mismos reptiles
que ella usó para su ataque, su comida será la misma que la del resto del
criadero, allí se puede pudrir con sus malas artes señora.
-
Desde luego no te falto imaginación, jamás alcance a
sospechar un destino asi, pero debo confesar que muy adecuado, en verdad disfrutaría
viendo su rostro cuando Sharif se lo anuncie, pediré que su destino sea
anunciado ante las afectadas y que vos estéis presentes, considero lo mas
adecuado.
-
Creo que disfrutare de tu decisión al menos si muere no
caerá sobre nuestra conciencia, astuta y sabía en tu elección Junaana, te
agradezco la aclaración de su destino.
-
No hay por que, vos me recordasteis que seria
mortificada por la culpa de si la mandaba matar fuera de la manera que fuera, así
que mi mente solo aceptaba como destino uno acorde con sus actos y
predilecciones.
-
Bueno, ¿y es por esta decisión que esta mañana volví a
ver en tu mirada ese desaliento y tristeza que creí olvidada?
-
Disculpadme, pero ahora soy yo la que no os comprende.
-
Veras cuando te presentaste a mi para solicitar la
tutela de esa muchacha me sorprendiste, pero fue mayor mi regocijo al ver esa
llama en tus ojos, asi como una cierta alegría que desde tu primera perdida no había
vuelto a ver en ti. Desde que llegó ella has estado más viva, pero hoy esa alegría
ha vuelto a desaparecer, no me lo niegues, te conozco de mucho y reconozco
cuando estas feliz, triste, decepcionada, dolida y colérica, esta última vez
hasta vislumbre tu odio, asi que cuéntame el que te ha robado esa alegría.
-
Parece que para vos soy un libro abierto, en realidad no
pensé en hablar de mis estados de ánimo ni creí necesario, además lo
consideraba personal.
-
Para mí no hay nada persona, si influye en vuestra vida
cotidiana, si consulto será por algo Junaana.
-
De acuerdo, os he decepcionado, no cuide de ella como
debiera, ella me protegió a mi, incluso ella me dio luz para ver la trampa a la
que nos expusieron antes de perder el conocimiento del todo, es por ella que se
ha descubierto a Setar, y casi se sale con la suya esa mujer, no me siento
digna de estar a su lado, he decidido retirarme como futura tutora, me
conformare con ser su amiga.
-
Estas segura Junaana, esa joven a echo mucho mas a tu
lado que valorar del criterio que nos hicimos de ella en un principio, has
sacado a la luz lo mejor de ella misma. Además te puedes arrepentir de esta
decisión que quieres tomar, Celina ha mostrado hoy un cierto interés por ella y
alabado sus múltiples talentos ocultos.
-
Imposible, Celina no la tenia en consideración y tras
lo ocurrido con Setar se me hace difícil verlas juntas.
-
Imposible o no, podría ser que tu perdieras a alguien a
quien quieres por tu orgullo, solo píenselo, te dejo, Shafir me espera para
jugar al ajedrez, está rezongón por que no me gana.
-
Por cierto ¿quien es el amante de estos días de él?
-
No lo
imaginarias.
-
Por favor, se nota como mira a algunos de sus guardias,
con más lascivia que a nosotras, y en cambio a nosotras con mas admiración y
ternura que deseo.
-
Buena observadora, y por eso te digo que no lo
imaginarias.
-
Su guardia personal supongo, la semana pasada se dedicó
a darle largas miradas a sus nalgas bien esculpidas.
-
Jajajaja ay, Junaana, el siempre mira a sus guardias así
y mas si compartió algo en el pasado con alguno, de ahí tanta lealtad y de ahí
que sepa con cuales no confiar ni tener a su servicio, pero no te acercas ni un
gramo a quien le quita el sueño hace semanas.
-
Y no me lo vas a confiar.
-
¿Acaso tu me confías lo que escondes en tu corazón?
-
Ves en paz Asalah.
-
Y que la paz te guié Junaana.
El sol se escondía en el horizonte abandonando la tibieza de
las ultimas horas de sol y dejando que el frío nocturno fuera cubriendo con su
halo el desierto, los pensamientos de Junaana giraban alrededor de la
comparación sobre sus emociones y el sol, cuando él esta todo es brillo, alegría,
calor y fuerza, al igual que cuando ella esta cerca, en cambio cuando el sol se
esconde, todo es oscuridad, soledad, frío y abandono a la tristeza, se
preguntaba si seria capaz de ver el sol cada día y no ver su luz, se retiró a
sus aposentos mas alicaída que cuando salio a pasear con la esposa.
Al llegar se dirigió directamente a su dormitorio, se cambió
y sin pensar se dirigió a las termas, de camino vislumbro los cabellos de
Shamsir, paseaba en compañía de alguien , aceleró el paso siguiéndolas para
poder distinguir de quien se trataba, tras las palabras de Asalah y verla el
desasosiego aumentaba con cada paso, al girar una esquina las alcanzó, su mundo
cayó en pedazos en esa misma esquina, ella le sonreía a Celina mientras compartían
un conversación muy amena sobre flores y sus aromas. Se volvió sin ser
percibida por las mujeres y entró en las termas sin preocuparse siquiera de
quien hubiera, atravesó la zona más pública y atravesando el umbral llegó a
unas escaleras, descendió por ellas hasta llegar a una gran cueva, iluminada por
candiles colgados de las paredes desde distintos puntos dejaban ver al pie de
las mismas escaleras un gran manantial de aguas cristalinas y heladas, al ser
un lugar en el que apenas había zonas libres de peligro por su profanidad, el
Califa tenia restringido a aquellas que no probaran su valía como nadadoras, también
tenia prohibido usar el lugar a solas y de noche, ella decidió ignorar sus
avisos, necesitaba ahuyentar todo lo que en su interior crecía, aliviarlo esforzándose
al máximo y libre de miradas curiosas, sabia que su pintura no la ayudaría y
nunca le gusto pintar sintiéndose mal.
Azabache era una de las pocas que conocía el manantial, la
vio entrar en el mismo apenas entró por la puerta sin saludar a nadie, esa
actitud y a esas horas le creo un mal presagio en su conciencia y corrió a
avisar a las esposas, encontró no muy lejos a Celina acompañada por la misma
que la abordo hacia semanas y casi muere por unas cobras, no pudo pensar con
claridad, pero con solo nombrar el nombre de Junaana la atención de ambas fue
completa, explico rápidamente y sin preámbulos la entrada de la mujer al
manantial y completamente sola, temía algo malo y corrió a avisar, Celina tomó
a su eunuco y pidió que llamara urgentemente a su hermana, se volvió a su
compañera consultándole que tal nadaba, esta río y explicó que procedía de una
zona pesquera y muchas veces nadó con los jóvenes de su zona al mar fuera de la
mirada de los adultos, se desenvolvía bien, esto dio un gran alivio a la mujer
luego miró a azabache y confirmo que ella también desde niña, pues su madre falleció
en un accidente al mar y como precaución uno de los empeños de sus hermanos fue
que aprendiera a nadar. Celina tomó a ambas de las muñecas y corrió hacia allí
presurosa y temiendo lo peor, a esas horas el agua estaba tan fría que provocaban
rampas e incluso entumecía los miembros.
Creando gran revuelo en su correr llegaron a las termas y
sin parar corrieron por las escaleras hasta el manantial, allí chapoteaba la
pelirroja aterrada, como pronosticó la mujer una rampa había atacado sus
piernas y no podía mantenerse a flote, lo mas critico era verla casi al centro
del manantial, apenas pudo gritar cuando vio como la joven Shamsir se sacaba la
bata y saltaba desde esa altura a las aguas, su terror aumentó, azabache tiró de
ella para seguir descendiendo, viendo como se sumergía la morena en el agua y
una mancha daba seña de que buceaba bajo la superficie hacia donde se
encontraba la otra, a un lado de la superficie un cabo de cuerda atado a la
misma pared descansaba a la espera de ser usado en caso de emergencia, lo
tomaron y esperaron que Shamsir asomara a tomar aire, alguien descendía por la
escalera, uno de los candiles alumbró el rostro del eunuco de Shansir y luego
el de su hermana que descendía pálida de la impresión de bajar allí pensando en
otra muerte.
El agotamiento en los gesto de Junaana alertaron a Celina de
que ya no se sostendría mucho mas a flote, apreció justo entonces Shamsir, la
voz de Mahir resonó llamando a su señora, la cueva se lleno del eco de su voz
potente, el hombre tomó de las manos de la esposa la cuerda y cuando su ama se
volvió la lanzo casi al lado, que Alá bendijera su fuerza y lealtad a la joven,
ésta tomo la cuerda sujeto con su boca el otro extremo de la misma y continuo nadando,
al llegar la pelirroja se agarró con fuerza de ella, hundiéndolas, aun bajo el
agua la macha de ambas permitía ver los esfuerzos de Shamsir atándola por
debajo del sobaco para que la arrastraran, dos tirones enérgicos avisaron de
que la tenia ya sujeta, y el hombre tiro con fuerza, a su lado las tres mujeres
unieron ímpetu y en segundos ambas salían a flote siendo arrastradas por la
cuerda, Junaana abrazaba con fuerza a Shamsir, tiritaba y sus dientes castañeaban
creando un eco desconcertante, era como escuchar a varios caballos trotar allí
mismo.
Al llegar al a orilla Mahir la desató y cargo corriendo,
azabache los miró desconcertada, ni su eunuco se tomaba tantas molestias,
Celina la cogió y corrieron tras él, Ashala se quitaba su manto y lo colocaba
sobre el cuerpo de Shamsir, su mirada fija en su eunuco dejó claro que era lo
que le importaba y no era ella misma. La empujo para que avanzara escaleras
arriba y tomó nota de que pusieran una reja a ese acceso antes de repetir la
experiencia. Subieron, Shamsir tiritaba y temblaba pero no se quejaba, buscaba
con su mirada a Juanaana, la esposa la guió de un sitio para otro, hasta llegar
a unos baños privados, eran los del propio Califa, éstos tenían acceso al de
sus mujeres y así ellas podían bañarse en su compañía si él así lo solicitaba,
las aguas humeaban en su interior Mahir sostenía a la pelirroja que seguía
inconsciente, la anciana que llegó tras ellas y acompañada por Haala, hizo que le acercaran el rostro y
acercó un frasco a sus fosas nasales, al cabo de un par de minutos el ceño comenzó
a fruncirse, intentaba retirar el rostro, la mujer retiró el frasco y comenzó a
darle palmadas al rostro hasta que Junaana abrió sus ojos, algo confusa miró a
su alrededor, la anciana observó sus ojos y pidió que la mantuvieran al agua
hasta que sus mejillas lucieran sonrojadas, luego que guardara cama, al salir
empujó al agua a Shamsir exclamando que a qué esperaba, la joven llevaba las
marcas de hipotermia a su rostro y
cuerpo, casi toda su piel presentaba un tono amoratado en especial sus
labios. Celina no pudo por menos reír del descaro de la mujer, pero se sentía
agradecida que todo hubiera quedado en otro susto, pensando luego que esa
pareja les iba a dar muchos quebraderos de cabeza.
Asalah dejó instrucciones para los dos eunucos que las
custodiaban, pasarían una semana recluidas, guardando cama y sin mas visitas
que las que ella misma concediera, muchos caldos para su metabolismo y cítricos,
te cada tarde y después de cenar, ella iria cada noche a verlas, dejando fuera
de lugar todo pretexto o cuestión, en esa semana ya había tenido bastante y no
deseaba que todo acabara peor.
Celina se volvió ha Azabache agradeciéndole su premura y asegurándole
que ya todo estaba bien, también se ofreció a ayudar en lo que fuera si le
hacia falta, la muchacha bajo la cabeza dudosa y la sonrisa de Celina se
ensanchó divertida, por la timidez de la joven, si tenia algo en mente pero le
seria difícil atreverse a compartir su necesidad.
-
bueno es algo que creo que difícilmente se pueda
arreglar Dama, por lo tanto seguiré intentándolo por mi propia cuenta.
-
Te recuerdo que yo te he ofrecido mi ayuda, que soy una
de las que mandan y cuyo conocimiento de lo que nos rodea es muy superior al
concepto que podáis llegar a asimilar, por lo tanto te animo a que me confíes
esas dudas, si te incomoda hacerlo aquí podemos apartarnos a un lugar mas
privado.
-
No, por favor, si es solo por tomos en la biblioteca
que me interesan pero soy incapaz de comprenderlos…
-
No entiendo eres alguien autodidacta y con una gran
capacidad intelectual.
-
Bueno, es a causa del idioma, no manejo el francés,
tampoco el Italiano y menos Latín.
-
Comprendo…
La mirada de Celina brilló con interés aunque no pronunció
nada más por el momento, sin embargo con el brío que caracteriza a Shamshir que
ya no temblaba y se levantaba para salir del agua y acompañar a Junaana, antes
de verse recluida tal y como anunció Asalah, se volvió a ambas con voz firme y
un tono suave, casi acariciador.
Si es por el idioma yo tengo habilidad y soy versada al
francés e italiano, si tienes que aprender latín primero te aconsejo que
manejes bien el italiano, son lenguas hermanas, aunque el latín de orígenes mas
antiguos que el italiano, si te conceden permiso para verme aun estando
recluidas será un placer, prometo comportarme Azabache, has evitado que ella se
ahora y creo que de esta manera te puedo pagar tu atención.
La mirada de Celina paso a ser de complacencia y observó
como se alejaba la morena tras Juanaana que caminaba apoyándose en Mahir, pese
a que su eunuco hacia esfuerzos por tomarla en sus brazos y llevarla a sus
aposentos, ella se negaba, por orgullo o molestia, no dejaba que su eunuco se
acercara.
Celina llamó a Zaham, el eunuco paró en seco y se volvió
hacia la Dama, ésta le dio instrucciones de acompañar a Azabache e indicar que
a la cocina privada prepararan una tanda de pasteles de frutos para ella, que
él mismo debía llevárselos. Un modo de dar espacio y la atención debida a la
lealtad de una de las jóvenes, cualquier otra por tener mas prioridades habría
ignorado a Junaana y dejado que sucediera el accidente, la muchacha en cambio,
no mencionó su encuentro con Shansir, pero si la entrada de Junaana a la caverna,
tenia un código muy humanitario y le agradó.
Tras todo se retiró y visitó a Shafir anunciando que sus dos
elegidas para los desayunos estaban recluidas por un lamentable incidente y que
eligiera a otras dos esa semana para acompañarlo, el hombre la observó algo
confuso, las dos era algo inexplicable, en ese preciso instante llegó Asalah,
solicitando una reja que cierre el paso a la caverna dejando en su poder la
llave de dicho acceso, el hombre la observó más intrigado y pidió finalmente explicaciones,
ambas les contaron lo ocurrido, el pregunto luego sobre todo encuentro de ellas
y con el resto del harén, cuando Celina explicó que no estaba lejos de las
termas cuando la alcanzó Azabache, comprendió un detalle, pidió unos minutos y
volvió mas incomoda después de éstos…
-
ella marchaba a las termas cuando so vio de lejos, os
siguió y al alcanzaron se volvió tan ligera hacia las termas que creo
curiosidad a una de mis criadas, la misma a la que encomendé el cuidado de las
idas y venidas de ellas dos y que se me
informara, la joven me esperaba al recibidor.
-
Así que insinuaste ciertas alabanzas de Celina sobre
Shamsir, y ella las vio juntas amigablemente y marchó despechada a la caverna…
o deciden que sienten o pronto me veré poniendo una vigilancia especial a las
dos.
-
Por eso las recluí.
-
Por eso me niego a no verlas cada mañana a mis
desayunos, veamos como se ven unos minutos en mi compañía y no volverse a ver
en esta semana…
-
Como gustes Shafir.
-
Celina, espera cada mañana a Shamsir cuando se retire
de mi compañía y la acompañas a sus aposentos, dale ideas contradictorias a Junaana.
-
Asalah, visítalas cada noche sin nombrar a cada una de
la otra.
Ambas mujeres se miraron comprendiendo las intenciones del
Califa, él mismo lo ponía mas interesante, seria cuestión de subir al piso
superior y mirar desde allí los ratos al jardín y luego recibirlas, ambas
asintieron complacidas y se retiraron, las miradas del mismo lo delataban,
tenia a alguien esperando en sus habitaciones privadas, ambas echaron a reír,
pues era como mirar a un niño pequeño con la ilusión de un nuevo juguete. Justo
cerraban las puertas cuando el Califa las llamó, parece que olvidaba algo…
-
Azabache será acompañante cada noche de Asalah y se la
dejara en compañía de Shamsir, para que ella cumpla con su palabra, ha
demostrado ser alguien muy diligente en su palabra y veamos si tras haber
tomado a esa muchacha en el paso, resiste la tentación…
-
Señor, no pretendo llevaros la contraria, pero dudo que
toméis en consideración la posibilidad de que haya una tercera interesada en la
joven.
-
Entonces infórmame ahora.
La mirada del hombre se posó sobre la de Celina, firme y analítica,
pero con un deje divertido en la misma, en cambio ella retiro la suya incomoda
por su escrutinio, ese gesto alertó a Asalah de un cambio en su hermana, guardó
silencio y decidió esperar ver los futuros sucesos, luego la mirada de Sharif
cambio de dirección, la observó a ella de reojo con una sonrisa divertida
mientras Celina continuaba con su mirada puesta al incienso que aromatizaba las
habitaciones. No cabía duda que Sharif las conocía perfectamente y disfrutaba
mucho con ése mismo conocimiento, ya planeaba como jugar con Celina para que
olvidara a Setar y se centrara en la nueva candidata, desde luego ese hombre
iba a dar que hablar al harén.
-
Shafir que la paz este con vos.
-
Ve en paz Salah, Celina asegurare de enviar comida de
tu cocina a Setar, durante esta semana, es el tiempo que tiene para pasar en
este palacio, si has de despedirte, que absolutamente nadie sepa de que la ves,
yo sin embargo no te lo aconsejo. Sigue a tu hermana y considera lo dicho y también
elige bien el menú.
-
Como gustes Shafir, que la paz este contigo.
-
Ve en paz querida.
Celina marchó sumida en sus pensamientos, tanto que ni se
dio cuenta de que su hermana la observaba desde una distancia prudencial, tras
verla salir marchó hacia sus deberes pero con mas felicidad en si de lo que cabía
esperar, Setar no había dejado una marca tan amarga como pensó.
A sus aposentos Juanaana no dejaba de pensar a los
acontecimientos, en su propia estupidez y todo lo que había ocasionado, un sin
fin de problemas para todas, y para el colmo ser recluida a sus habitaciones y
por ella también Shamsir, no solo recluida si lo pensaba también aislada de
visitas, todavía no comprendía que le había pasado para dejarse a arrastrar a
un acto tan inconsciente.
A su vez pensó en como se ofreció Shamsir a ayudar a
Azabache, algo la encolerizó por dentro, si ellas pasaban mas tiempo juntas y a
solas, no volvería a estar cerca de ella por que ellas dos ya compartirían una
intimidad privada. Tras esos pensamientos recordó como ella la siguió y
acompañó hasta sus habitaciones, también que fue ella y no otra la que se lanzó
a las aguas heladas y la salvó…
Una cierta esperanza se abrió paso en sus dudas y temores,
con una única idea, no todo esta perdido.
Llamó a su doncella, dándole ciertas instrucciones, cada dia
cada alimento que se prepare para su persona se prepare una segunda ración para
Shamsir, antes de ser llevada ella deseaba asegurarse que se presentaba como a
ella le gustase, tambien de que anunciara que la cocina del harén no preparara
menú para ella, pues pasaba a su cocina sus raciones, luego la mandó a avisar
urgentemente, desde esa misma noche comerían lo mismo.
Al cabo de una hora, Juanaana recibía el servicio de cocina,
a una fuente pudo ver lavash, muy fino y bien colocado, en un extremo el
Baglava, su dulce favorito desde que llegó al harén, como plato principal
Khoroshte Fesenjoon, y una fuente llena de arroz especiado, luego pidió que
bebidas gustaba ella de tomar y que lo
tuvieran en cuenta cada vez que se la sirviera, tras esos detalles pidió que
retiraran la comida y se la sirvieran, ella se sentó frente a su bandeja
deseando que le gustara el detalle, siempre alegando por las molestias causadas
y de su parte.
Tras cenar casi sin apetito esperó a ver las connotaciones
de su doncella tras hacer su pedido a las habitaciones de Shamsir, al llegar le
informo del gran agradecimiento y atención por su parte, también que no debía
agradecerle algo que ella ya le debía tras el ataque de las cobras, de igual
manera que era un placer tomar las comidas que la obsequiaba, incluyo el deseo
de en un futuro conversar frente a una comida así las dos solas, ya que no
pudieron disfrutar la que se preparó para el paseo por el jardín, a su informe
añadió que ella estaba acompañada por Asalah, que halago tus atenciones y
recordó que debía descansar.
Apenas hubo terminado el postre y el informe ella recibió también
a Asalah interesándose por su estado.
-Veo que el susto no os ha dejado postrada a la cama.
-agotada si Asalah, pero todavía me es imposible acostarme,
temo soñar con lo sucedido.
- Ha sido toda una temeridad entrar a esas aguas tu sola
Juanaana, ¿en que pensabas?.
- me encegué y necesitaba desahogar y…
- ¿Qué te encegó?
- ¿En verdad debo contártelo?
-Estas viva de milagro, se me reclamo urgentemente, me veo
obligada a restringir vuestra salida de vuestros aposentos, y además estoy aquí
a tu lado interesándome por ti en vez con Haala disfrutando de sus atenciones….
Son suficientes razones a mi modo de ver.
-Las vi juntas tras que tu me contaras las alabanzas de
Celina para con Shamsir
- pues debiste tragar con ese fuego y usarlo en tu provecho,
en vez contra ti misma Junaana, te da un ataque de celos y en vez ir por ella
te lanzan a una muerte segura, en verdad hoy no te comprendo, eres de lo mas
prudente siempre y desde que te fijaste en ella a veces no se si perdiste la
cordura.
- lo siento Asalah, de alguna manera no me siento yo misma.
- de eso estoy segura, ahora quiero preguntarte algo
personal, pero primero deseo que lo pienses y seas tan sincera contigo misma
como conmigo, y se cuando me mientes.
- de esa manera no me dejas salidas.
- no pero es necesario que así sea.
Junaana posó sus ojos en el lienzo terminado de su primera
tarde con ella, seguia sus líneas y a su vez recordaba cada gesto de aquel
momento, el rostro de ella se transformo bajo la mirada de Asalah en dulzura y
una calidez que la conmovía desde los mas profundo de su ser, sólo deseaba
abrazarla pero temía romper ese momento en el que ella debía reconocer la
verdad para ser capaz de dar los pasos que la acercaran a Shamsir, luego notó
en sus ojos el miedo, la tenacidad y finalmente sus celos, estos ardieron vivos
en su mirada como ascuas incandescentes, una vez se calmó su mirada se fue
volviendo resolutiva, algo en su interior estaba despertando, esa chispa que
vio nacer el día que se presentó ante ella y descubrió su ilusión, el regocijó
fue tal que no precisó de su respuesta, aun cuando se volvió a mirarla a los
ojos le impidió hablar, se volcó sobre ella besándola a la frente y marchó en
completo silencio, estando segura que iba a luchar y pronto dejaría de
preocuparse por esas dos.
Celina tenia otros pensamientos que la mortificaban pero conociéndola como la
conocía Asalah eso era más que bueno para ella, y una diversión para si verla
en esa controversia, Azabache había atraído su atención, incluso para hacérselo
notar a Sharif, ahora temía no tener oportunidad por la decisión del Califa,
todo el asunto se volvía una jaula de enredos emocionales, justo lo que más
disfrutaba él.
A la mañana ambas fueron llamadas, reunidas al jardín ambas
se miraron, Julaana tomó en sus manos el volumen de prosa y fue pasando las
paginas hasta encontrar algo en concreto, la poesía era occidental, algo
extraño en un tomo como ése, parecía reciente ya que las hojas eran nuevas,
Shamsir no comprendía absolutamente el cambio y que fuera ella la que eligiera,
mientras observaba la hoja pensando, la barbilla de Shamsir fue alzada por la
mano de Junaana, era un gesto tierno, pero dejaba a la vista los ojos de ambas
unos enfrente de los otros, los claros se oscurecían y los de la morena
mostraban duda mientras su cuerpo reculaba.
El Califa llegó en un revuelo de sus ropas con paso firme y
desasosegado, su gesto adusto indicaba de un estado de ánimo pésimo, Junaana
tragó saliva pensando rápidamente, tomó una flauta y comenzó a entonar las
primeras notas, las aves comenzaron a trinar, y poco a poco una sonrisa comenzó
a asomar al rostro del Califa, luego se le instó a Shamsir que leyera y asi
ella lo hizo, el Califa alzó su mirada hacia la mujer sorprendido de la elección,
nada dijo sin embargo, esperó a ser servido su té y lo disfruto y luego se
relajo con su Cachimba mientras observaba el alborozo de las aves por la música
de Junaana, una vez asomó a las puertas el consejero se levantó y despidió con
prisas a las mujeres, justo ambas alcanzaban la puerta hizo volver a Junaana.
-
Sobre Setar, ya dispuse sobre sus comidas y que estaría
una semana aquí, se lo confirmé a Celina para que se ocupara de que se la
sirvieran. Ahora exijo conocer tu futura decisión sobre su persona, podría ser
que sacara un buen precio por ella después de todo…
-
Su futuro queda lejos de un harén, su devoción por las
serpientes será su futuro, marchara a un criadero a vivir entre ellas criándolas
y alimentándolas, caminara entre ellas apreciando día tras día el roce frío y
escamoso de sus pieles, así como su alimentación pasara a ser la misma que el
resto del servicio del criadero, nadie a su disposición y su vida dependerá de un tutor que asegure
que su cuero no será mancillado, pues a fin de cuentas sigue siendo vuestra.
-
Ideal para sus actos no lo niego, pero me privas
de sacar por ella un precio justo y así
alejarla de nuestra existencia.
-
Su existencia fuera de tus manos complicaría tu
posición Sharif, si ella en su nueva posición os desprestigiara a vos y al
resto del harén perderías el favor de vuestros iguales y os verías mendigando
un derecho que os merecéis por vuestro esfuerzo, esa mujer vive del veneno del
odio y lo escupirá con gusto sobre todos si con ello satisficiera su orgullo
oscuro.
-
Que así sea entonces, en una semana será enviada a un
criadero de mi propiedad, en oriente y occidente hacen demanda de nuestras
cobras y sus venenos extraídos, es un buen negocio. Dime una cosa Junaana, ¿por
qué la mantienes viva?
-
No cargare con un asesinato, pero os aseguro que ella
deseara su muerte día tras día, igual que la nuestra, vivirá padeciendo y
odiando, lejos de todo lo que tuvo y al lado de lo que ocasionó su caída al
harén.
-
Gracias por tu iluminación Junaana, marchad en paz.
-
Estad en paz Sharif.
Salieron por la puerta al tapiz que admiró el primer día que
atendió ese desayuno y recordó el como entro con ella detrás a la sala de las
cristaleras, también como la ultima vez que fueron juntas ella se negó entrar
por primera vez desde que descubrió aquel lugar.
Junaana paró frente a la puerta el guardia, aguardó como de
costumbre a que saliera, Shamsir la siguió esperando admirar su mirada a los
cielos y la misma maravilla que aquella mañana.
En el interior la puerta se cerró por su propio peso, la
pelirroja camino al mismo centro de siempre, pero esa vez la rosa no le daba la
misma paz que de costumbre, se volvió a mirar a la morena, su mirada oculta en
las sombras no le permitía saber que pensaría, con un gesto la animó a que se
acercara, ella obedeció, una vez a su lado Junaana se permitió el placer de
acariciar sus cabellos igual que noche tras noche cuando la tuvo convaleciente
y ella descansaba en su lecho, la miró a los ojos y pudo ver unos ojos acuosos
apunto de derramar lágrimas, eso le dolió
y en un ávido deseo de borrar esas lágrimas la besó en los labios, con
toda la dulzura que de si nacía, prolongando el beso deseando mas de ése roce,
sintiendo como ella le correspondía, como se entregaba a ella y aceptaba de
buen grado sus besos. El rostro de Azabache volvió a cruzar su mente y se
retiró, fue un gesto brusco que a Shamsir desconcertó, Junaana no quería ser
una conquista, no quería ser la mujer del día, sino la mujer de sus días y
noches, pero en ese instante ignoraba como expresarlo sin ofenderla.
Confusa por sus emociones, marchó de su lado saliendo de la
sala y dejando allí a Shamsir, con autenticas ganas de llorar. La joven se
recompuso y abandonó la sala dejando ahí el desconsuelo que la mortificaba tras
los besos de la mujer que quería, por su huida, por demostrarle que no le era
indiferente para luego rechazarla huyendo…
Al volver al harén las esperaba sus eunucos y Celina, la
cual se ofreció a acompañar a Shamsir a sus aposentos, era imposible rehusar,
una vez allí con cordialidad y majestuosidad Junaana se despidió dejándolas
solas.
-
Dime algo Shamsir, ¿alguien te ha ofendido?
-
No Celina, ojala fuera algo tan fácil de olvidar.
-
No comprendo tus lágrimas y ojos rojos, lloraste y no
te han ofendido.
-
La razón es mucho más simple y compleja a su vez Dama.
-
Tomemos un té juntas y cuéntame, además tengo noticias para
ti.
-
Concededme entonces el honor de pasar a mis
dependencias y sed invitada bajo el calido brillo del sol sobre mi buena fe.
-
Que siempre brille sobre ti para que me anime a venir
mas seguido.
Un ritual antiguo de halagos para dar la bienvenida a
alguien distinguido, algo que la madre de Shamsir insistió que aprendiera
concienzudamente, y que en esos días sacaba buen provecho de sus conocimientos.
Tras disfrutar de un té algo mas amargo del que solía
disfrutar, Celina le contó el la buena ventura de tener como invitada a sus
aposentos a Azabache bajo la condición de aprender los conocimientos del
italiano, tal y como se ofreció en el día de ayer, Shamsir acepto de buen grado
la palabra dada, añadiendo que pondría todo de su parte por ser una institutriz
adecuada para la joven.
Un silencio incomodo se hizo durante unos minutos…
-
hace unos días me decías que habías tenido fortuna pero
no eras afortunada, ahora he de añadir que ha sido una gran fortuna tu llegada,
la vida de Junaana ha pasado pro tus manos dos veces llegando a ser una gran bendición
tu valor, pero me pregunto que te hace a ti desgraciada Shamsir.
-
El tener la misma fortuna de tenerla y perderla en un
mismo instante, el quererla y no poder
tenerla.
-
¿Qué te impide tenerla Shamsir?
-
Lo ignoro, ella vino a mí y conforme vino marchó,
ignoro que hice yo mal pero huyo de mí.
-
¿Me dirás a quien amas?
-
Es evidente, por quien corro y doy la vida en estos días,
tras quien marcho y dejo mi mirada perdida todos estos días, siendo tan
evidente, no entiendo por que no se aleja de mí, por que me besa y luego huye,
no estoy segura de que soy para ella, ni que espera de mí, si hice yo algo que
la ofendió…
-
Un día me dijiste que no eras afortunada por tus actos,
pues tus actos nos han bendecido, va siendo hora que hagas de tus actos una bendición
para ti, deja que la fortuna te ilumine y deja de mortificarte, si te beso….
-
Que cambia que me besara, nada, si luego huye de mí.
-
Dime, de ti o de ella, de sus actos o del temor a lo
que ellos lleven, te beso, eso es lo que yo sopeso, ella nunca ha buscado estar
con nadie y te ha besado, creo que tienes tu más miedo y ella mas impulsividad,
un cambio interesante conociéndoos.
-
Ya no soy la misma desde que llegué a vuestra
presencia.
-
No, ella te ha cambiado, ha aflorado a la luz lo mejor
de ti.
-
Exageráis.
-
No me creas entonces, debo dejarte me esperaras mis
obligaciones, mañana te veré Shamsir, que la paz viva en ti.
-
Que la paz te acompañe Celina.
Tras el habitual saludo de bienvenida o despedida la
acompaño a la misma puerta y luego volvió a su dormitorio encontrando allí una
fuente de fresas, esa fuente le hizo recordar la primera segunda noche que pasó
al lado de ella tras el ataque y cenó ese postre en su compañía, recordaba
haber gemido de placer por esa fruta y que Junaana se deshizo en risas por su reacción
indecorosa pero a su vez graciosa. Cogió a fuente en sus manos y bajo la misma
encontró una nota…
“que te causen el mismo placer que aquella noche que
disfrutamos juntas paladeando su sabor estremecedor.”
Si antes lloraba por el como la dejó a la cristalera ahora
no podía por menos que sonreír de regocijo, ella pensaba en aquellos momentos también.
El día fue largo y tedioso sin poder salir ni moverse, lo único
que se podía hacer era comer, y dormir, Junaana lo tuvo mejor en cierta manera
pues se dedicó a pintar la imagen que tenia grabada a su mente como una obsesión,
ella en plena pasión justo antes de besarla… Shamsir en cambio cada vez que se dormía
soñaba con el beso y luego imágenes tórridas del cuerpo de ella desnudo deslizándose
sobre el suyo, cubierto de una capa de sudor y meciéndose desesperado al ritmo
de sus caderas ansiando el orgasmo prometido por el abandono de sus cuerpos en
ese baile lujurioso, y cuando llegaba justo a punto de darle el máximo
despertaba tras ver el rostro de Setar o el de Azabache, lo que estaba claro es
que le perseguía sus actos y la idea de que la rechazara justo por eso… tendría
que demostrar que no deseaba a nadie más y por lo tanto demostrarle que solo la
deseaba a ella en su lecho y su vida, si por alguna razón eso fuera lo que la
empujo a alejarse era algo que tendría que cambiar.
Al llegar el atardecer Asalah apareció por la puerta brindándole
compañía y conversación, le comento las ideas extravagantes de algunas de
mandarle flores para que se distrajera o pensara en alguna, las risas de Shamsir
llenó la habitación respondiendo que disfrutaría deshojando cada flor por mero
aburrimiento y luego inventaría algo… y ese algo llegó a su mente, pidió que
dejara que ellas le mandaran las flores que le consiguiera un lienzo y resina,
que ya encontró el modo de distraerse con los esfuerzos de las otras y a su vez
hacer algo especial en ese tiempo, también pidió de un barniz que no diera
color, traslúcido, Asalah siguió sus gestos con atención tomando nota de sus
ideas, ese encierro estaba sacando algo interesante de la muchacha y la volvía
loca de nerviosismo, al entrar se la veía decaída ahora la veía explosiva….
Luego marchó hacia los aposentos de Juanaana, ella en cambio
se lo tomaba todo con mas tranquilidad disfrutaba con sus talentos y se distraía
casi sin esfuerzo, observó que mantenía al frente el retrato de Shamsir, en un
momento dado tras escuchar las ocurrencias divertidas de algunas jóvenes y reírse
a gusto con los elogios del Califa sobre sus consejos y destino de Setar, se
despidieron sin dar mucha importancia a la conversación del día anterior, de
todas formas sabia lo ocurrido a la sala de las armas del Califa, una de las
cristaleras daba a una terraza que comunica justo hacia el jardín de las aves,
justo por encima de la red, ocultando su presencia, antes de marchar observó al
califa discutir con su consejero y al volverse descubrió su entrada a la sala y lo que allí se aconteció, deseaba
ver como se desenvolverían a la mañana siguiente después de un encuentro tan
fogoso.
Shamsir disfrutó de la ultima hora del día en compañía de
Azabache, era ingeniosa y asimilaba con fluidez la pronunciación y comprensión
del Italiano, supuso que lo difícil seria las formas verbales y pronombres,
pero con alguien que le era fácil aprender disfrutaría mas puntualizando la
pronunciación, pidió que al día siguiente se trajera un libro de poesía
italiana, para leer y así su acentuación fuera mas pragmática y fácil de
asimilar.
La noche fue larga, tras pasar el día adormilada la pasó
desvelada y dos horas antes de levantarse una música la cautivó, alguien tocaba
un instrumento de cuerdas con suavidad, dulzura y belleza, su pensamiento voló
hacia las manos de Junaana tocando las cuerdas con sus dedos hábiles cada
acorde ágilmente, luego soñó con esas manos y su maestría sobre su cuerpo y
desde luego supo que no iría sin pasar por los baños a refrescar su cuerpo y
apagar su lujuria.
Efectivamente era Junaana la que tocaba y pensando en esa
melodía para compartir al jardín, los acordes ocultaban un ritmo cadencioso y
sutilmente seductor y sensual, esperaba
cautivar los sentidos de ella con sus notas.
Apenas se levanto hizó alzar a Iman para que la acompañara
con Mahir que dormía justo al otro lado de la puerta sobre una alfombra que
apenas daba cabida a su enorme cuerpo, apenas pisó fuera de su habitación descubrió
que toda la entrada estaba cubierta de ramos y ramos de flores de todo tipo, pidió
a Inma que la ayudara a meter, ella se negó, Shamsir la observó escandalizada
por su negativa, a lo que Iman se explicó, ninguna cosa pasaría sin ser
inspeccionado, Setar sedujo algunas criadas y compro el silencio de otros,
posiblemente alguno portaría en su interior algo desagradable, así que Mahir
llamó a un especialista y se ocupó de dicha tarea mientras marcharon a los
baños, aprovecharon que las termas estaban desiertas, al volver le esperaba el
especialista con dos ramos y un rostro desconcertado,
en uno de ellos se ocultaba una araña en el otro una planta venenosa, se ordenó
hacer un recuento de los ramos y su procedencia, dejó la investigación en manos
de Mahir, Iman la siguió al dormitorio y se la preparó para volver al jardín de
las aves.
Al salir lista para encontrarse con Junaana en presencia del
Califa se encontró con Celina que la esperaba pacientemente.
-
he sido avisada de lo encontrado delante de tu puerta,
del permiso de mi hermana y de cómo lo ha aprovechado alguien para vengarse por
la marcha de Setar, por lo que he ordenado
que nada llegue a tus aposentos sin ser inspeccionado por el especialista que
pongo a tu disposición, una doncella de Asalah toma nota de las doncellas y
criadas que trajo los ramos, toma nota de todo, asi que ahora se investiga a
cada una, las implicadas serán mandadas a servir a la guardia, es decir
degradadas. Por lo que insisto que tengas cuidado y confíes en Iman, fue la
doncella vigilante de Junaama tiempo atrás, te la impuse como precaucion y no
me he equivocado.
-
Irónico, amor en comunión de la vida, odio, rencor y
despecho bajo el mismo techo, aquí la vida es como una odisea griega Celina.
-
Buena metáfora lo admito, pero vigila tus espaldas, si
el peligro te acechara te diré que el mismo Mahir tiene conexión directa con el
Califa, predilecciones.
-
Esto es un asedio de poder, información y espionaje
hacia mi persona.
-
Todo lo contrario, creaste mucho revuelo, envidias,
celos y no todas poseen un alma pura como tu o Julaana, incluso Azabache nos ha
sorprendido, así que cada uno tomó iniciativas separadas hasta que el tiempo
asentara esos rencores despertados en gran parte por tu belleza.
-
Eso es una exageración.
-
En absoluto. Ves o llegaras tarde.
Mahir avanzó frente a ella, se encontraron con Junaana y su
eunuco, desde allí las dos caminaron sin ellos y avanzaron en compañía de los
guardias. Las dos se enviaban miradas o gestos cómplices, era divertido jugar así
al cortejo, una vez a solas al jardín Junaana le preguntó si le gustaron las
fresas, Shamsir sonrió radiante, ella aludió la respuesta haciéndole saber que
le agrado mas el dulce en la cristalera…. Junaana se vio atrapada en un estado
de ardor incomodo por la alusión de Shamsir.
Al ir a prepararse a sus lugares fueron sorprendidas por
Sharif que estaba oculto por las plantas del fondo…
-
Se os ve dichosamente animadas, es un gozo, espero que
no os importe deleitarme con un baile al son de tus manos Junaana, estoy seguro
que Shamsir sabrá regalarnos la vista con el contoneo de su cuerpo.
Una sonrisa sardónica asomó a los labios del Califa mientras
este se asentaba y tomaba un dátil con dos de sus dedos y se lo tomaba, la sorpresa
para la morena fue tal que tardó en recuperarse y asumir su nueva situación,
obligó a Junaana acercarse y consultarle si sabia bailar, ella asintió pero en
esos instantes no se sentia tan segura de si misma.
La pelirroja se colocó en su lugar y se preparo con un setar
para entonar los acordes que dieran pie a la melodía que estuvo practicando esa
mañana, ignoraba si realmente sabría moverse con esa música o si llevaría bien
el ritmo, pero dado que Shafir lo pedía, nada había que hacer.
Los primeros acordes bordaron el ambiente con suavidad, la
mirada de Junaana se centró en la morena colocada de espaldas a ambos centrándose
en el ritmo de sus manos, las cuales ya bailaban solas con el ritmo de la música
mientras el hechizo de las notas y los colores de las ropas de Shamsir surtían
su embriagador efecto sobre los sentidos de Shafir y por ende de la pelirroja
que no era capaz de mirar los movimientos de la morena; sus pasos la llevaban
de un extremo a otro como llamando a las sombras, atrayendo las caricias del
deseo, contoneando su cuerpo como una amante lujuriosa, sus manos clamaban sus
caderas seducían y sus senos saltaban ansiosos por ser atendidos, los labios de
Shamshir mantenían una sonrisa sensual que mostraba el efecto de la música sobre
si misma, era voraz el instinto que mostraba conforme el ritmo de la música se
desbocaba acelerando los pasos y movimientos de su cuerpo hasta que de pronto
cambio a un rimo pausado que daba con dulces caricias al fin de la
representación…
Tanto a una como a la otra les faltaba el aliento, en cambio
Shafir se deshizo en aplausos y alabanzas hacia ambas augurando mas mañanas así
de magnificas, el cuerpo de ellas temblaba de la impresión de imágenes y
emociones a las que se vieron expuestas, durante todo el duelo de ritmo y
movimientos se sintieron la una a la otra como si compartieran un baile erótico
en un lecho libre de palabras, las connotaciones del ritmo solo aumentaron la
excitación y no eran capaces de mirarse sin enloquecer todavía mas… el hombre marchó muy satisfecho sin dejar de
elogiarlas, una vez las dejó a solas,
aludiendo un encuentro de equitación con un grupo nómada reconocidos por su
bravura a la montura.
Shamsir cayó de rodillas al suelo intentando detener la
corriente que le provocaba espasmos, nunca pensó que bailar delante de ella la
enloqueciera así…. Junaana se alzó despacio, caminó hasta su altura y se
arrodillo frente a ella, por el rostro de la morena corrían las lágrimas,
pugnaban sin descanso por salir todo el tiempo hasta que cayó de rodillas y su
aguante dio de sí, su cuerpo clamaba unirse con el de Junaana… la pelirroja la
observaba consternada y con las mejillas encendidas, la abrazó con fuerza en un
intento por ayudarla a calmarla el resultado a su gesto fue un gemido
estrangulado de la garganta de Shamsir, que cegó del todo a Junaana, los labios
húmedos de la morena, desbordantes de saliva eran el centro de atención de su
mirada…
Junaana ya no soportaba más verla asi y sentirse arder de la
misma manera mientras desesperaba por tocarla, acariciarla y sofocar en su
cuerpo huracán que la deshacía en espasmos, su cuerpo ardía por saciarla y a su
vez por derramar todo su fuego sobre ella, hacer del cuerpo de la morena una
fuente de goce en el que el suyo aportaría todo de sí para llenarla…
La pelirroja comenzó a retirar las prendas superiores de la
morena, para sorpresa de ésta no era capaz de moverse solo de mirar y esperar a
recibir su contacto pleno, dejó al descubierto los seños plenos de una aureola
rosada culminada por los pezones erectos ávidos por recibir caricias y desnudos
ante la mirada zafiro de una pelirroja que consumía sus fuerzas de control con
su lengua paseando por sus labios, la misma que rozo el pezón derecho
arrancando otro gemido estrangulado, favoreciendo la seguridad de Junaana que
con ambas manos la tomó en sus brazos y dio rienda suelta a sus deseos…
Los pezones de Shamsir fueron colmados una y otra vez por
las caricias y los labios de esa diosa de fuego, su espalda poseída por un
firme abrazo que no permitía que se separara de su cuerpo, el mismo que se mecía
sobre el de ella acercando cada vez mas las caderas al punto exacto de su sexo,
las manos de la mujer no cedieron en su empeño de terminar de desnudarla y
tenerla para sí como una Venus sensual y lista para ser tomada por la lujuria,
la misma que consumía por dentro a Junaana, pero dudaba que sólo fuera deseo,
pues se centraba en hacerla sucumbir de placer aun cuando ella no se dejaba
arrastrar por la misma marea que crecía entre ambas, las manos de de la pelirroja
descendieron por su vientre bajo la atenta mirada que pasaba de su obligo a los
labios y los ojos café de la morena, la fascinación por su cuerpo la
traicionaba, hasta que superaba su hambre y deseo de verla sucumbir bajo su
cuerpo dichoso por poseerla, y así mientras el vientre ascendía hacia las
caricias de sus manos su rostro se sumergió entre sus muslos abordando la
fuente ardiente de su cuerpo, arrancando algo más que un gemido con la
estremecedora entrada de su lengua en su sexo húmedo y necesitado, las manos de
Junaana agarraron sus caderas manteniéndola presa y profundizó en su disfrute
en degustar de ese fruto prohibido que la volvía completamente loca y
desesperaba en su palpitar, aroma…. Su cuerpo se entregó a satisfacerla a
provocarla y guiarla al limite, finalmente abandonó su cuerpo para admirarla,
sus labios entreabiertos, jadeante con falta de aire, sus ojos cerrados y sus mejillas
sonrojadas, las manos de ella crispadas intentando cogerse de las grietas del
suelo, sus caderas se alzaban implorando y justo entonces paseo sus dedos por
los pliegues de su sexo introduciéndose sin piedad en las suaves carnes y
ardientes de su cuerpo arrastrándola a un clímax demoledor y culminado por un
grito agonizante… Shamsir era suya….
Junaana tomó aire y se sentó al lado de las caderas de esa
piel cremosa, dejó posada sobre su ingles su mano, asegurándose de que supiera
que seguía ahí, a su lado y en su cuerpo, los ojos azules recorrían su cuerpo
sudoroso y todavía percibía los temblores gozosos de ella, una sonrisa complacía
en el rostro de ambas acompañada de una mirada cálida y por parte de Junaana,
posesiva, feliz de que fuera suya, dichosa de haber echo estallar ese fuego de
su interior… no pudo por menos que acercar su rostro al de ella y besarla a los
labios con suma suavidad, primero una vez y luego con mas brusquedad profundizó
su beso dejando ver que ella rebosaba de deseo y era para ella, pero no
entonces…. Ese instante llenaba una sola cosa la mente de la pelirroja, esa
mujer era suya sin que ella se entregara, conocía el deseo y el placer que
deseaba regalarle cada día, sin ella formar parte de ese regalo, hasta que
Shamsir acudiera a ella por voluntad y no sólo necesidad.
La alzó de las losas y acomodó sus prendas de nuevo, bajo el
estupor de Shamsir, la joven buscaba algo que decir, no le permitió que diera
paso alguno a un raciocinio, solo la volvió a guiar y marcharon juntas en
completo silencio y sin pasar por la sala de las cristaleras.
Al llegar al lugar dónde las dejaban los guardias, les
esperaba de nuevo Celina, con una mirada inescrutable y una sonrisas cómplice,
Junaana no pregunto, sólo esperó a ver que hacia la morena y ésta se mantenía
paralizada, mirándola con confusión en sus ojos, la pelirroja se acercó volvió
a la joven hacia Celina y la guió hacia ella, pero la joven se resistió no
quiso, se mantuvo firme a su sitio y se volvió.
Los ojos de Shamsir ardían, aun con su desconcierto ardían,
y un regocijo mayor recorría a Junaana, reconocía esa mirada…
-
por que me envías a su lado ahora, tras…
-
dime que quieres Shamsir, dime que deseas, que esperas.
-
No seré yo quien dé ese paso si tu no lo quieres dar,
no me daré a la voluntad del deseo, si el amor no lleva las riendas del mismo.
-
Por que dudas de lo que yo quiero, si temes dar lo que
sientes…
-
Eres hermosa, ardiente y capaz de tener a quien desees,
pero no soy una mas, lo que yo deseo o quiera esta fuera de ése ideal, tu has
de elegir que aspiras, que sientes y buscas, cuando lo sepas quizás podamos
aclarar este laberinto…
-
Y si ya lo hubiera recorrido me seguirirías sacando del
mismo y empujando hacia otra…
-
Puede que esa otra te convenga más…
-
Puede que seas tu la que no comprenda.
-
Ilumíname entonces sol del deseo.
Shamsir se tragó sus palabras, era muy consciente de todo lo
que sentía, de lo que veía en los ojos de Junaana e incluso de atención de
Celina sobre ambas, no deseaba seguir con aquello allí mismo, delante de nadie,
pero luego se pregunto si tendría elección, era justo ahora o la perdería… no podía
retroceder si deseaba vencer las barreras y tomar el corazón de ella como
propio.
-
el deseo es ahogado por el mar de la tristeza, el amor
consume la misma tristeza e irradia luz a la existencia, si te ciega el miedo
es que no ves que tu eres la luz del amanecer en mi vida y anochece cuando tu
me das la espalda.
Tras lo dicho se volvió y marchó dejando a solas a las dos
mujeres boquiabiertas, Mahir la acompañó orgulloso de las palabras de su señora
y del efecto causado en su precesora, nunca había visto esa mirada en Junaana
pero ese día se sintió feliz de que así fuera por terca que fuera.
Al llegar el propio Sharif la esperaba en sus aposentos, se suponía
que marchó a un encuentro al desierto con sus purasangres, sin embargo ahí
estaba sentado a su sala con una espiga a su mano derecha que se mecía al ritmo
de su muñeca mientras el hombre se mantenía ausente en sus pensamientos.
- Bienvenida seas Shamsir, un asunto que te concierne ha
retrasado mis planes, en vez llamarte me he tomado la molestia de esperarte a
tus aposentos, pues tu situación aquí se ha vuelto algo complicada.
-
no os comprendo.
-
Setar, tuvo dos amantes entre el servicio, a una la uso
para conseguir las cobras y su hermana intento atacarte con un ramo el día de
hoy, el mismo contenía una tarántula cuyo veneno causa alucinaciones hasta
llevar a la muerte, la amante en cambio buscó una planta que provocaba unas
escoceduras en todo el cuerpo que dejaban marcha y borrarían tu belleza natural
y excepcional. Así que me he tomado la consideración de presentarlas ante la
propia Setar y decapitarlas a ambas, como muestra de mi poder así como aviso,
si a alguien quisiera correría el mismo destino, también le anuncié que su
destino no seria tan rápido…. Así que pasara los próximos tres días colérica y
atemorizada por lo que le podría esperar…
-
Os agradezco los esfuerzos y vuestra protección mi
señor, no me lo agradezcas he disfrutado mucho en mas de un sentido con vuestro
espectáculo y soy feliz por ello, espero que encuentres definitivamente tu
lugar y hogar en mi harén joven Shamsir.
-
Alá iluminó vuestro deseo mi señor y sólo espero que
sus brazos abracen el mío.
-
Que Alá sea misericordioso joven Shamsir, ya no hay
peligro a las estancias ni al servicio que os sirven, por lo que me retiro a
disfrutar de mi encuentro.
Antes de salir dejó pasar su mano indolentemente por la mano
de Mahir que bajó la suya al suelo evitando que la de ambos se encontrara…
-
Mahir por favor, te insto a que acompañes a nuestro
señor hasta los limites del harén, como señor no debe caminar solo en un lugar
consagrado a la feminidad, ya que sus esposas no están presentes te pido que tu
lo acompañes.
El rostro del eunuco se ilumino y marchó para colocarse al
frente del señor y caminar por delante, antes le saludó inclinándose a sus pies
y anunciando la petición, el hombre se volvió a observar a la joven que le sonreía
sin pudor desde el umbral de sus aposentos, no por menos el hombre reanudo su
paso riendo a todo pulmón.
La joven decidió que se saltaría las reglas de la Dama
Asalah y se daría un baño, le hacia mucha falta y también relajarse, no podía
pensar en nada mas que en como se había descubierto y que ella no dijo nada, ni
siquiera la detuvo, dudaba que no entendiera sus palabras…
Con paso firme y seguida de Iman, llevaba en la mente algo
con respecto a la joven, así que cuando pasó por las termas y siguió por el
entramado de pasillos y otras estancias hasta llegar a los baños del Califa vio
como la joven retrocedía, la tomó de sus
manos y allí encontró a uno de los eunucos aseando la estancia, le ordeno
marchar y que las dejara solas, el joven recupero la compostura imponiéndose
con respecto al a privacidad del Califa, Shamsir lo mandó a buscar al mismo y
declararla sus intenciones, el joven así lo hizo añadiendo que el castigo de
Alá caería sobre ella, eso desbordó la risa irónica de Shansir y esperó riendo,
a los pocos minutos el joven volvía sumiso, acuclillándose y ofreciendo sus
servicios y cuanto precisara, que el señor le concedía sus baños gustosamente.
La joven ordenó que trajera hierbas aromáticas, pétalos de
rosa blancos, jabón de lavanda, y que luego marchara y la dejara sola. El
eunuco que se presentó como Mustafá, fue
diligente en sus tareas y marchó presto de no ser castigado por su anterior osadía,
el Califa lo recriminó por impedir el uso del mismo a la joven.
Al salir y quedar a solas Iman se disponía a retirar las
ropas de Shamsir para que ésta disfrutara del baño caliente, pero en cambio la
joven no lo permitió, se retiró y volviéndose a ella la observó durante unos
minutos.
-
Harás lo que yo te pida, ¿verdad Iman?
-
Por supuesto Shamsir.
-
No reiteraras protesta alguna Iman.
-
No señora.
-
Desnudaros ante mí y dejadme que sea yo quien os bañe y
cumpla con mi deuda, pues gracias a ti hoy vivo, gracias a tu cautela e
intuición no fui victima de un doble ataque de Setar.
-
Señora no me debéis nada, es un placer y mi obligación.
-
Tu obligación ahora es obedecerme Iman.
-
Como gustéis.
Shamsir deseaba compensar a Iman, hacerla sentir como una
princesa, del modo que muchas las veían a ellas y no se le ocurrió otra manera
de adularla y complacerla sin que nadie mas supiera de lo que ella hiciera… una
vez Iman se desnudó no pudo dejar de admirar la belleza oculta de la mujer, la
hizo girar ante sí, primero la guió a una ducha al fondo donde caía en cascada
agua fría, allí le enjabonó los cabellos con el jabón de lavanda, luego tomó
unos paños y lo embadurno del mismo jabón y frotó el cuerpo de Iman, siempre
manteniendo su mente en su propósito, evitando no dejarse llevar por la
lascivia, era consciente de que no la tomaría la única a la que deseaba era a
la pelirroja, la quería y no deseaba a nadie en su lugar, pero no era inmune a
sentirse excitada, Iman no reprochó en ningún momento incluso cuando pasó su
mano por sus partes intimas, luego dejó que las aguas corrieras por su cuerpo
hasta que el jabón fue eliminado de sus cabellos y piel, luego la guió hasta el
borde del baño, allí esparció las hiervas, agitó las aguas y luego buscó la
cesta de pétalos, la halló cerca de la entrada oculta tras una pared de
conchas, le pidió a Iman que entrara al agua, la joven dudo pero obedeció,
mientras ella se acercó a por la cesta y allí vio algo mas… los pies de alguien
vigilando o espiando, ignoró la cesta y terminó de voltear la pared, para
encontrarse con los ojos de Asalah, parecía enojada, con un gesto le pidió
silencio antes de recriminarla, Shamsir volvió con los pétalos y los roció por
el agua, y sobre Iman, antes de salir y pensar en su siguiente paso le regaló
un beso a la mejilla, luego se retiró tras la pared y tomando a la Dama la sacó
de la estancia, traspasaron las dos puertas esmaltadas en blanco y allí la
mujer la abordó…
-
que pretendes hacer con Iman, tengo a Junaana
conmocionada por tus palabras, a Celina riéndose como nunca y te encuentro aquí
con el consentimiento de Sharif seduciendo a tu doncella…
-
interpretaste mal mis acciones, es gracias a ella que
no recogí yo misma los ramos, y las intenciones de Setar no se cumplieron, es
mi modo de compensar su lealtad y esfuerzo, solo intento que e sienta como una
de nosotras, o como nos ven, una princesa, le doy unas atenciones que todas
recibimos y ellas nunca disfrutan y me pareció adecuado, ser yo misma quien la
compensara y no por un mero objeto, que se sintiera importante tras ella
salvarme la vida.
-
Ahora comprendo, te pido disculpas, si te parece
mandaré traer unos aceites y algunos perfumes, también mandaré que hoy pongan
un plato extra de mi cocina para ella, la verdad tuvo una intuición ejemplar.
-
Gracias por comprenderme Asalah.
-
Antes de irme, en verdad le dijiste que sentías mucho
mas de lo que pensaba a Junaana, bueno que la querias para ser exacta, te
aseguro que dejaste a Celina abrumada por tu modo de enfrentar a Junaana, ese
tipo de escenas le encantan.
-
Al menos ella lo paso bien, pero en cambio Junaana no
hizo por detenerme o contradecirme u aceptar mis emociones o corresponderlas,
sólo se quedó ahí tras intentar que me fuera con tu hermana.
-
Creo que ella no esperaba que la amaras, Shamsir.
-
Ni yo… bueno otras cosas.
-
No lo dudo, volveré en unos minutos, conozco un acceso
a mis habitaciones que me permitirá ir mas ligera.
Así se alejó, ella volvió al interior Iman seguía en el agua
paseando sus manos por los pétalos, Shamsir roció con agua de rosas sus
cabellos, y se los cepillo mientras la joven seguía sentada en las aguas
calientes, cogió unas pinzas que trajo consigo y se las colocó a sus cabellos realizando
un lindo recogido en ellos, un ruido le avisó de la vuelta de Asalah, se alzó a
recibirla y la mujer hizo el intento de seguirla, sorprendida la dejó acompañarla,
justo aparecieron las dos Iman se levantó precipitadamente intentando salir de
las aguas tropezando, Shamsir se adelantó intentando calmarla, ella la retiró lanzándose
hacia Asalah, justo vió en ese instante que ocurría, a la vez que Iman gritaba
cuidado… una cobra al pie de las escaleras bailaba amenazadoramente y la Dama
estaba a un par de metros de la misma, Asalah giró su rostro para ver la razón
de la alteración de la doncella, de su manga deslizó un cordel metalizado y lo hizo
girar silbando en el aire, la doncella paró en seco para ver como el animal era
decapitado a un gesto de la mujer, Shamsir e Iman la observaron anonadadas,
nunca pensaron que la mujer llevara sobre si un arma tan sencilla y a su vez
letal.
-
un regalo de Sharif para protegerme, soy madre de su primogénito
y mi deber es cuidar su bienestar y sus pertenencias, tu y el resto sois parte
de su tesoro y orgullo, soy la guardiana del harén Shamsir, perdona que no te
explicara antes.
-
Ahora comprendo por que eras tu la que movilizaba al
personal y no tu hermana.
-
Ella tiene otros artes.
Alzo uno de los frascos mostrándolo con una sonrisa
presuntuosa, tramaba algo.
-
hoy Setar amenazó a Sharif de que no viviría para verla
marchar, ya sabemos sus razones para decirlo, y gracias al aviso de Iman no he
sido yo esta vez la victima de sus artes.
-
Empiezo arrepentirme de no haberla matado.
-
Hoy mandare por su osadía que le corten la lengua,
Shamsir, es mi deber tras un ataque directo, esto ha pasado por que no
interrogó de las próximas intenciones de Setar a sus doncellas, dejando en el
olvido esta posibilidad.
Tras la explicación, tomó a Iman del rostro le beso en la
frente y la guió a una gran mesa cubierta de telas sobre las que tumbarse, la
mandó reclinar de espaldas, dejando sus seños a nuestra vista y su vientre
musculoso, sus piernas eran sorprendentes femeninas y musculosas, debió de
trabajar muy duro toda su vida.
Comenzamos las dos a masajearla con aceite de romero, la
joven miraba suplicante sintiéndose fuera de lugar siendo tocada por ambas, las
dos sonrieron comprendiendo el apuro de la situación pero no cedieron en su
empeño, cubrieron todo su cuerpo del aceite, terminado por la espalda tras
empezar por las pantorrillas, una vez terminaron, observaron las marcas de látigo
a su espalda y comprendieron la razón de cómo siendo tan linda no formaba parte
del harén, la dañaron como mercancía. Asalah le pregunto por las marcas…
-
Estuve un tiempo lista para formar parte del harén, mi
padre ya lo tenia concertado, un joven despechado pues quería mi persona, se
acerco un día antes de ser traída, mi madre me acompañaba para despedirme de mi
abuela que le quedaba poco de vida, un látigo restallo a mi espalda mientras
alguien empujó a mi madre al suelo, ella se golpeo la cabeza con una piedra
falleció en el instante, mientras yo fui azotada por el joven encolerizado en
plena calle hasta que mis hermanos llegaron y me protegieron, el Califa se sintió
decepcionado, pagó mi coste igualmente, me trajo y curó mis heridas, luego me puso
al servicio del harén, me pidió que protegiera sus tesoros como si fuera parte
del mismo, que os cuidara igual que el me cuido tras mi ultraje, al muchacho lo
trajeron y azotaron ante mi persona, le privaron de sus genitales y vendieron
como eunuco a una caravana que se dirigía al sur, esa es mi historia.
-
Con más razón te mereces el afecto y un lugar entre
nosotras, fuiste elegida y un mal paso del destino te desplazo de nuestro lado.
Tras estas palabras Asalah la abrazo aceptándola como una
mas, la muchacha se había ganado un lugar entre nosotras con su corazón y
esfuerzo, y su lealtad hacia el Califa era inquebrantable.
Ambas se miraron y comenzaron a prodigarle caricias mas
intimas, Asalah tomo un frasco que llevaba oculto a su bolsillo y sobre su mano
derramó un poco y otro en las manos de Shamsir, apenas comenzaron por su cuerpo
las mejillas de Iman se fueron tornando sonrojadas, su respiración se altero, y
su cuerpo se tenso por instinto, intentando evitar o dominar lo que sentía, le habían
administrado un afrodisíaco potente, en pocos minutos la joven se deshacía en
espasmos placenteros en un tierno abrazo con Asalah, luego la recostó de nuevo
mientras Iman era vencida por el sueño.
-
has descubierto un diamante en bruto a tu servicio,
alguien que lo dará todo por tu afecto y mantener su palabra, cuídala mucho
Shamsir y si algún día la ves deprimida avísame y cuidaremos de ella como se
debe, es mucho mas hermosa que algunas de las mujeres que forman parte de este harén,
ahora se la razón de que no este entre nosotras originalmente, he rozado su
sexo, sigue pura, incluso me atrevería a decir que es la primera vez que
experimenta el placer carnal.
-
Cuidare de ella, al menos no me sentiré tan sola
después de ver que no me considera digna de ella Junaana.
-
A veces no se quien es mar terco, si el desierto por no
dejar nacer las flores, o el sol por lucir sin sobre el mismo como un castigo
del cielo, ambas sois iguales, una el sol y la otra el desierto….. ambos sin
comparación y duros.
Asalah la envió volver por las termas a sus aposentos, que
en cuanto despertara le enviaría a Iman, le recordó que estaban recluidas y que
este acto no lo tomaría en cuenta dada las circunstancias, Shamsir se despidió sonriendo por el recordatorio y volvió a sus
habitaciones, allí le esperaba Mahir algo platónico aguardándola con una
bandeja de pastas, té y leche de cabra, se acomodó en silencio a desayunar, se sentía
desmayada de hambre y disfrutó de las pastas hasta que se dio cuenta que las
mismas llevaban pedazos de fresa en su masa, miró a Mahir y consultó de dónde
venia las pastas, el eunuco le confesó que las trajo la misma Junaana y que había
escuchado a una doncella comentar que la misma Junaana estuvo cocinando al a
cocina de las Damas.