LXIX
Un suspiro que
alberga un sueño,
Unas manos que ansían
un futuro,
Un roce que altera el
mundo,
Desplegando la fantasía
en su fuero,
Albergando los
suspiros del deseo,
La desesperación
acontecida,
Las caricias que
rememoran el sentimiento,
Emociones pasadas que
calientan
Y reviven mi ser.
Ya al pasado quedaron
tantas cosas,
Que la mayoría ya no
importan,
Son frondosos los
recuerdos,
Ya un bosque forman a
la memoria,
Cada hoja alberga un
instante,
Una emoción,
Y las sensaciones se
multiplican a mil,
Al vivir un nuevo
instante que te embargue
Del antes y el
ahora….
Si mi musa nace del
alma
Si mi emoción nace de
cupido,
Si mi talento lo
trajo atenea,
Todo en si es un
prodigio,
Ya en la memoria
albergo
Tanto regalo de la
inconsciencia,
Que la emoción
siempre palpita
En cada palabra que
nazca
Y enerve un nuevo
canto
A la palabra, al
verso, al santo
Divino de esa sirena,
Que es mi musa
prodigiosa.
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