SERENA
Bajo la mirada de los curiosos seguí
buscando los objetos necesarios y aquellos de la lista que tenia pendientes,
dos veces volví a la vivienda a dejar lo que ya cargaba en la cesta de la bici,
a ultima hora tuve dos peticiones inesperadas de comprar un par de cosas mas,
el tanto moverme me vino muy bien, cada vez me sentía mejor y la carga interior
ya no me pesaba de la misma manera. Mi móvil sonó varias veces mientras
pedaleaba, miré el numero y al no reconocerlo la memoria de éste lo ignoré, no
tenia ganas de ocupar mi mente en nadie y nada por el momento, por ahora quería seguir siendo una
desconocida para el mundo, ese detalle tan insignificante me hacia feliz.
Cuando al fin termine con los
encargos, volví sintiéndome en paz y más relajada, usé la llave que Adela me
presto, tras entrar al taller y recolocar la bici, saque las bolsas de la cesta
y me giré decidida a subir las escaleras y reunirme en la cocina con Sam y Adela, algo llamó mi atención antes de
llegar a la puerta interior, me volví
acerqué a la mesa de trabajo, en ella oculta bajo un trapo reposaba una
nueva obra o tarea, dudaba de si mirar y más pensando en no invadir su espacio
e intimidad.
Sintiéndome bastante entrometida
me vuelvo dándole la espalda a la mesa y decidiendo no curiosear ni ofender a
la anfitriona, asi que dando mi primer paso hacia la escalera quedo parada en
seco, ella está en lo alto de la escalera mirandome, darme cuenta que ella me
estaba observando me ha puesto tan nerviosa que no me salen ni las palabras de
disculpa por estar al lado de la mesa, ella baja sin decir nada, se detiene
frente a mi y muy cerca, luego me rodea y mira su mesa en silencio, yo apenas
me vuelvo y ella se gira rápidamente me quita la bolsa para luego sujetarme y
empujarme escaleras arriba, una vez cierra la puerta un simple vamos, echa
andar hacia la cocina conmigo detrás muda, supongo que no tiene nada que decir
o si que esta molesta por acercarme…
Adela prepara la cena sola en la
cocina, es temprano y en mi opinión podríamos preparar un café para la tarde a
lo que responde que eso se hace en un minuto y que es mas aparatoso hacer la
cena y bueno así solo seria servirla y disfrutarla, además se gasta menos luz,
todo eso mientras iba y venia cogiendo ingredientes, intentaba ayudar pero ni
siquiera me lo permitía, acabe sentada a un lado de la mesa mirándola o mas
concretamente perdida en el recuerdo de la llamada.
Como si fuera clarividente el teléfono
vuelve a sonar, esta vez respondo y todo mi ser se congela en un pálpito de mi corazón.
-
Serena, soy Diana, veras han pasado algunas cosas y me gustaría
conocer tu dirección en caso de necesidad, se que ahora necesitas estar lejos
de todo, pero también es necesario saber que estas bien y poderte llamar si tu
madre necesitara tu ayuda, ten conciencia cariño,…
La voz de diana era ronca, algo seca
y con un deje triste, no parecía ella siempre llena de vitalidad y optimismo,
¿seria que Tiara había empeorado?, un frío helado me recorría el cuerpo y el
miedo me dejaba muda, no era capaz de pronunciar palabra, el rostro de Tiara
ocupaba mi mente… solo atiné a pasarle el móvil a Adela, ella me miro muy
entrañada mientras lo cogia y solo conseguí a modo de explicación decir dirección,
parece que ella comprendió y atendió mi llamada.
-
Buenas tardes, soy Adela la dueña del piso que ocupa
Serena, ¿que desea?.
-
Buenas tardes, llamo en nombre de la madre de Serena,
en estos momentos pasa por unos momentos difíciles y bueno esta preocupada por
ella y necesita su dirección en caso de necesidad, si a usted no le importa,
por cierto ¿Qué le pasa a ella, por qué no habla?.
-
Digamos que se ha quedado impactada al escucharla,
supongo que se le pasara un rato, si este es su numero le mando por mensaje la
dirección desde mi móvil y así no la pierden, si necesitan algo mas aquí estoy,
eso si, no quiero problemas de ningún tipo, si ella esta de acuerdo les envío
la dirección si no tendrán que esperar, solo les digo que esta bien y que estén
tranquilas.
Colgó y dejó el móvil a la mesa, se puso a lo que estaba
antes y yo seguí silenciosa, seguía sin saber si ella estaba bien, si mi madre
no me llamaba personalmente es que algo iba muy mal, cada vez mas nerviosa y
asustada y sin comprender nada.
Debí empezar a llorar sin saberlo, cuando me di cuenta ella
limpiaba mis mejillas de lágrimas, se sentaba a mi lado y me preguntaba si quería
que supieran mi dirección yo negué, no se por que, pero no estaba segura de que
pensar al ver que intentaban saber donde estaba, ella asintió y luego me empezó
a preguntar por mi madre, de alguna manera comenzamos con su divorcio y que
guardó en secreto que estudió medicina y en donde ahora vivía todos la adoraban
de las intenciones de mi padre, a lo que ella chasqueaba la lengua en
desaprobación, de alguna manera me negaba a tocar los recuerdos de Tiara hasta
que ella preguntó quien era la mujer del teléfono, guardé silencio sin saber
como explicar su relación sin exponer lo que sentía por la nieta, si contaba lo
de la relación con mi madre daría la impresión de que me molestaba o lo
rechazaba, no era el caso, no me quedaba mas remedio que contar el porque me
marché.
Apenas abría la boca intentando explicarme entró Sam interrumpiéndome
y tomando el relato en sus manos, me sentí aliviada y muy agradecida…
-
Serena se enamoró de la nieta de esa mujer, la cual
ahora tiene una relación con la madre de ella, a su vez yo he estado mucho
tiempo con la tía de Serena, mi relación ha quedado rota y lo que siente Serena
por alguna razón no le ve futuro, eso te lo ha de explicar ella, básicamente así
están las cosas, y perdonar que me entrometiera, la he visto tan afligida y
apurada buscando el como explicarlo que he intentado ser lo mas clara y simple
que he podido.
-
Gracias sam, no sabia como decirlo…
-
Bueno esto aclara mucho, ahora entiendo esa tristeza y
abatimiento que os noté ayer, bueno creo que por hoy ya hemos tenido suficiente
de verdad o prenda, si os parece termino de meter la cena al horno y subimos a
la terraza juntas, la brisa de la tarde es muy agradable, creo que será un
lugar adecuado para anécdotas del pasado.
Tras estas palabras nos dejo a las dos sin palabras, terminó
de meter unas colas de merluza con tomate al horno y recoger los desperdicios y
sobras, me levante mirando a Sam que no
me quietaba ojo, agité mis hombros a modo de indiferencia, no tenia palabras y
menos tras desvelar la verdad de que estemos ahí, un torbellino de pensamientos
y de emociones me ahogaban, lo de la noche pasada, la marcha fortuita y la
carta, era como si mis emociones estuvieran estancadas otra vez en esos hechos,
volví a sentarme descompuesta, la llamada de Diana, el no saber que iba mal,
todo a mi alrededor giraba o era mi cabeza, no lo se, al menos hasta que noté
el frío suelo en mi cara y la nada.
El dolor de cabeza y el brazo me sacaron de mi sueño, o al
menos me dieron aviso de que despertaba, no recordaba cuando me acosté ni nada,
al menos hasta que abrí los ojos y me di cuenta que no estaba acostada sino
sentada en un sillón, y rodeada por Sam y Adela que susurraban aliviadas de que
despertara, me costaba oírlas y mucho mas entenderlas, toda mi cabeza palpitaba
y las punzadas del brazo casi hicieron que me encogiera sujetándomelo, me
detuvieron al primer intento, hablándome despacio, Adela me vendaba la cabeza y
Sam me mantenía erguida, mientras esperaba a que me dejaran moverme fui
recordando la caída, luego el resto, ya me sentía tan mal que lo anterior no me
afectaba tanto, solo quería tumbarme y estar tranquila.
Noté como me vendaban la mano, antes me pusieron una crema y
me dijeron que me había lastimado la mano, que no estaba rota pero que no debía
forzarla y que me había echo una brecha en la cabeza al caer y tuvieron que
hacer unas curas y vendar primero, que estuvieron preocupadas por que no
despertaba y que era mejor que no durmiera de momento, era peligroso, eso me
hizo recordar cuando tuvimos un niño en la casa por una conmoción y mi madre
daba esas instrucciones a la madre del niño, sabia que era cierto y que debía
aguantar las ganas de dormir, la vista estaba tan desenfocada que me era
imposible distraerme, necesitaba conversación, aunque me doliera la cabeza
tanto que no pudiera pensar con claridad.
Adela se sienta a mi lado, con suavidad me cuenta cómo
conoció a la mujer de su vida, la de bromas que le hizo durante un viaje hasta
que ella fue cara a ella dispuesta a destrozarla y reclamarle sus ofensas,
esperó a tenerla cerca de solas, tan furiosa estaba que cuando la tuvo enfrente
no vio la tranquilidad y diversión de Sara, así se llamaba, la miro rabiosa y
apenas abría la boca Sara la besaba, con una pasión que la conmociono tanto que
no pudo decir nada, solo mirarla, tan absorta estuvo en lo que había hecho que tardo
en darse cuenta de la felicidad que sentía y el calor que la llenaba, luego no
sabia si sentirse emocionada o rabiosa, Sara lo arregló cogiéndola de la mano y
llevándosela a su caravana y confesando que desde el principio intentó llamar
su atención y no se atrevió hasta ahora a declarar lo que sentía.
Esa noche la pasaron juntas, y siempre que se separaban por
trabajo una de las dos viajaba un finde para estar juntas, así hasta que
volvieron juntas a su casa cuando su madre enfermó, allí se instalaron y
viajaban muy seguido, de ahí tantas aventuras que disfrutaron, luego cuando ya
los viajes dejaron de tener interés se acomodaron a la vida de campo, cuidaban
de un campo en el que cultivaban sus hortalizas, paseaban en bici, leían juntas
y salían a la ciudad a por películas además de pasar un día o dos lejos de
todo, la discriminación de algunos se le hizo muy dura a Sara, nunca se tuvo
que molestar en luchar por defender su inclinación, tampoco veía por que tenia
que defenderse, ella solo pedía respeto y dignidad, no fue fácil hasta que en
la época hippie varias tribus de ellos acamparon cerca y los consideraron peor,
ya no fueron la principal razón de rechazo.
Solo algunos con un rencor muy profundo seguían molestándolas,
hasta que un día uno de ellos borrachos intentó sobrepasarse con Sara, Adela no
permitió las intenciones del otro enzarzándose una pelea cuerpo a cuerpo con el
hombre, la rabia que la movía era mayor que las fuerzas del otro, este acabo en
el suelo indefenso, desde ese día nadie osaba cruzar cierta línea, tuvieron
miedo de lo que fue capaz de hacer y por otro lado el agresor se sintió tan avergonzado
que era más cólera lo que lo llenaba por ser vencido por una mujer y a la vista
de todos que lo que hizo por si mismo…
Desde ese día, vivieron con una cierta tranquilidad y paz,
la nostalgia a viajar las movió años más tarde, volvieron a salir fuera a
visitar los lugares en los que estuvieron, Sara le ocultó que un tiempo atrás
le diagnosticaron un cáncer cerebral, imposible de operar, ese viaje era su
despedida y regalo a ella, tras éste se descubrió que ya no le quedaba tiempo,
Adela tomó a mal que lo callara, se enfureció con todo tanto que no fue capaz
de recriminarle nada, solo callar y llorar, no se separó de su lado mientras seguía
furiosa por que no la podía curar, por que la perdía, hasta que una noche Sara
confeso que quiso viajar para pasar sus mejores momentos otra vez juntas, para
recordar el como se enamoraron, y revivir su amor por ultima vez, que no tenia
nada que reprochar a la vida por que la había vivido a su lado, esa noche todos
sus demonios marcharon y la mañana Sara también.
Aun con todo ese tiempo, seguía amándola, descubrió en una
carta oculta en una foto los últimos deseos de Sara, ella seguiría en su corazón
pero eso no le debía impedir volver a ser feliz al lado de otra mujer, y si ese
momento no llegaba que nunca se negara ser feliz o hacer feliz a otra persona
igual que lo fueron juntas, que se reunirían de nuevo y volverían a ser felices
juntas…
Era tan conmovedor que las lágrimas humedecían mi rostro, no
me importaba llorar, eso era amor, eso era lo que yo quería con Tiara, y era lo
que ella tenia con Celeste…
-
Hable con Diana tras desmayarte, Sam te cargó hasta
aquí pero ninguna sabíamos si padecías algo
y tampoco de tus alergias, asi que llamamos y nos quedamos tranquilas
cuando nos dijo tras preguntar a tu madre que se puso muy alterada, que no sufrías
nada serio, y tampoco alergias, le dije que llamaría cuando despertaras, perdóname
si te parece mal, tenia que hacerlo.
No dije nada, me recosté en su
hombro haciéndole entender que no pasaba nada, seguía pensando en Sara y ella,
en Tiara y yo, y luego en si podría estar con Adela el tiempo que durara sin
penar en ella…
Adela me dejo un rato sola, se
llevó mi móvil y unos diez minutos después volvió, se la notaba algo feliz,
como si algo hubiera cambiado, hasta se la notaba divertida por algo, eso me
gusto, al menos no estaría preocupada por mi, y si ella podía hablar con mi
madre y calmarla mejor, no me sentía con ganas de explicarme ni de enfrentar su
preocupación sin sentirme culpable… supongo que seguía siendo una cobarde al no
dar la cara todavía.
Tras dos horas en las que me
contaba curiosidades y su historia, me pidió que descansara, que ya había
pasado tiempo suficiente como para descartar la conmoción y que ahora solo tendría
que despertarla cada cierto tiempo, me sentía agradecida de poder dormir y
descansar, la cabeza ya me pesaba mucho, cerré los ojos y dormí, todavía no
estaba en mi cama, tampoco me importó me podía el cansancio.
Al caer en el sueño, muchas cosas
dieron vueltas en estos, emociones, pensamientos, preocupaciones y recuerdos,
cada vez que el beso que compartimos volvía a mí, todo lo demás nada importaba,
era como si un beso, un solo beso, despejara todas las dudas y dolor que
llevaba en mi, ese momento fue el mejor que tuvimos juntas, el momento que la
tuve para mí, ella se entregó sin dudar, tuvo miedo de lo que sentía, tuvo
dolor de retenerme cuando su accidente, y me deseo siempre, una y otra vez todo
rondaba mi mente en mis sueños, y algo me abofeteaba cada vez que me negaba a
escuchar, “cobarde”, y despertaba, Adela seguía
a mi lado, Sam tomaba un café a su lado mientras jugaban a las cartas,
me miraban silenciosas, yo volvía a cerrar los ojos y otra vez todo empezaba,
después de seis veces, la cosa ya no me alteraba, simplemente me acostumbre y
lo ignoré deseando soñar cosas mejores.
Estuve dos días así, el cuerpo
agotado, un medico me visitó, luego extendió unas recetas para que me trataran
y se marchó, no se le veía muy a gusto, una semana mas tarde evitando hablar y
escuchando los viajes de Adela con Sara, comencé a volver a entablar
conversación con ella, incluso comentando de escribir sobre sus viajes y
descubrimientos y vivencias, lo hizo todo más ameno, ella se había abierto a mi
con su pasado y yo seguía callando, no paraba de darle vueltas, antes o después
llegaría el momento, así fue. Una tarde al jardín recordando nuestro encuentro
en el faro empecé a narrar nuestro encuentro y lo que sentía, después de ese
primer paso, se me hizo más fácil seguir hasta que llegué a mi marcha, me
derrumbe.
-
Serena, intenta calmarte, me gustaría decirte algo, te
he escuchado y me doy cuenta de algo, ella nunca te dijo te amo, pero tu siempre
sentiste que ella era para ti, tampoco ella te dijo lo de Estela, y en ningún
momento te dijo que la siguiera amando; puede que ella la amara, puede que siga
llorando su perdida, pero si los lazos dejan de fortalecerse, la relación que
como algo pasado, la amo, pero no creo que te besara así sin sentir nada hacia
ti, tampoco creo que pueda guardar celibato una vida entera por alguien que ha
fallecido, y por lo que me has contado, no se dejo seducir, nada le impedía
darse un gusto, solo creo, que ella no quiere que la compadezcas, ni que sufras
por ella, pero si lucha contra lo que siente, si se resiste estar con otras y
te besa a ti… creo que eres tu quien se precipitó, quien le ha dado la espalda
por no saber superar lo que pudo sentir por esa Estela, no le diste la
oportunidad a explicarse, tu misma decidiste por ambas, supongo que cuando uno
esta dolido no es capaz de ver las cosas desde fuera de la situación, asi es
como yo lo veo, ella ha hecho todo por alejarte, tu te has rendido y ella ni
siquiera ha podido decir nada con respecto a Estela, creo que falta su versión
de lo que siente antes de dar todo por perdido…
Ahora ya se por que no paraba de tener el mismo sueño, y la
misma acusacion tras mi desmayo, inconscientemente llegué a la misma conclusión,
supongo que no estaba lista para aceptarlo, ahora he de pensar en que hacer, si
en volver o quedarme, en si sigue siendo tan importante o lo que tengo ahora
con Adela lo es más; no me puedo creer que plantee algo así, Adela es mi
confidente y puede que algo más, una amante, pero Tiara es a quien quiero a mi
lado, a la que quiero demostrar lo que siento, y con quien deseo ser feliz …
Tengo que volver y aclarar una vez por todas todo.
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