Los recovecos de la mente son insondables, igual que tus
grietas aquellas por las que me deslizo acariciando sus pasos y sus secretos.
Un soplo surge en el cielo como el grito en vuelo de un
cóndor, recorre las corrientes hasta llegar a la firme roca de tus brazos que
se alzan y se abrazan protectores contra la nada.
En sus brazos suena la melodía que en silencio descendió de
los cielos para encontrar el consuelo en esa roca erguida contra todo y nada….
No hay razones para existir, no hay causas para marchar, solo se está como el sol y la luna viéndose a escondidas fieles a su promesa.
Tanto el tiempo como la verdad no tienen camino en el hueco
de este elemento de la naturaleza, roca, viento y el mundo, uno firme y siempre
presente, otro libre y cambiante, pero se encuentran se escuchan en ese
silencio que comprenden tan bien como es la soledad.
Si la vida da pasos muchos olvidan lo que es escucharse, si
la vida da cambios muchos no saben lo que es mirarse, si la vida trae triunfos
muchos olvidan el pasado, y si la vida trae desdicha muchos huyen del recuerdo…
Olvidan la roca siempre firme, olvidan al viento siempre
presente, no hay que entender, no hay que escuchar solo sentir, que hay mas allá
de la apariencia, mas luego nada mas se ha de pedir a la voz del alma que en
ambos reside.
Si tu sueñas en los vientos yo te observo desde la roca, si
tu viajas al futuro, yo te espero a que vuelvas, si eres feliz en las nubes yo
simplemente soy feliz viéndote, así de simple es la vida en esta roca que
aprecia la vida en tu compañía, viento…
1 comentario:
Este escrito es demasiado bueno para no ser publicado, me encanta que lo hayas hecho y mas aun con el cual me identifico :)
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