Abstenerse a la compañía en mas de un sentido debería ser
obligado, ignoramos cuantas dependencias crea la persona a lo largo de su
recorrido por las distintas etapas de su existencia, muchas mal sanas para la
desgracia de la mayoría y otras tantas beneficiosas, y en gran parte a su vez
peligrosamente negativas, ya que se crean vínculos o lazos en los que unos se
hacen dependientes de esa persona o la circunstancia permanente al no avanzar
en ninguna dirección.
Complicamos todo al no ver o creer que pueda existir
posibilidades, nunca admitimos que las mas convenientes son las mas difíciles
de asumir, alejarse de todos y cuanto creemos que nos ayuda pues a la vez
llegamos a anular una expectativa positiva hacia el futuro.
Somos marionetas del pesimismo, finalmente caemos rendidos a
depresiones por no conseguir superar las situaciones que nos rodean, las mismas
que nos presionan y por las que luchamos día a día por estar a la altura de lo
que se espera o creemos que es lo que en si es lo correcto o adecuado a la
mirada externa….
Nunca preguntamos que vemos en el interior, tampoco si nos
gusta, incluso lo ocultamos con temor, y todo se vuelve mas difícil y grande de
superar….
Cualquier tontería es un abismo, cualquier persona es dañina
si no comprenden y seguimos sin mirar si nos reconocemos a nosotros en esa
persona e incluso si de verdad nos comprendemos o hemos perdido del todo el
rumbo.
Encontramos hilos, que nos sujetan, puede que para no caer
por el precipicio o para mantenernos a atrapados en una telaraña, pero seguimos
ciegos como una araña ávida de alimento en ese telar tan insustancial…. Ya
dejamos por entonces de ser personas y perdimos nuestro estatus de humanidad
para descender al sub. mundo de los insectos…
Incompresible pensaran, pero poco a poco es la realidad de
los que viven en la impotencia insustancial.
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