Almas de nobleza incalculable que bendicen la vida con su
nacimiento y el seno de una familia, recorren el camino que traza su existencia
libres de perjuicios y ajenas al odio, creciendo en completa armonía con la
naturaleza, exhibiendo una sencillez natural en sus actos guiados por su mirada
colmada de paz.
El camino de la vida para muchos es un suplicio, para otros
un reto, otros tanto como una fiesta y la mayoría como un regalo, se aprende en
la distancia a la vez que se evita tomar ejemplo que influya en su esencia, a
fin de cuentas son almas divinas que al final de sus vidas descubren su
verdadero ser.
Absorben el dolor y la tristeza de muchos acaparan la felicidad de otros, encuentran paz en el amor prodigado, elogian la bondad y evitan el odio o el rencor, en su paso bendicen con su presencia y sanan almas que en su partir sufrieron daños que las sumergieron en la tristeza, y al mirarles de lejos sientes que son seres celestiales.
Al final su partida deja un gran vacío en un mundo que
siente que pierde su luz al sucumbir sus vidas humanas, sin conocer que su
verdadera esencia recupera un ser mucho más glorioso.
Rozan el arco iris con sus auras, devuelven su esplendor a
bosques que fallecen en la pobreza de sus raíces, atraen la prosperidad, adoran
la belleza y al renacer son sus ojos violetas los que marcan nuestro recuerdo,
un toque divino de su verdadera esencia, únicos y muy preciados, realmente
ambicionados, pero siempre libres del poder humano.
Seres excepcionales que aun en su singular estatus, conviven
en completa armonía con un mundo en
constante evolución, ocultado su autentico ser en distintas formas de vida y
siempre bendiciendo a quienes completan sus vidas con su presencia mágica.
Alzan en su autentica forma el pedestal de su poder sobre un
mundo mortal, permitiendo ver a ojos de almas de bondad infinita su autentica
forma, devolviendo con su aura la belleza extinta en parajes yermos, galopando
libres con hermanos del pasado, regalando esperanza con su cercanía, siempre en
constante movimiento, gozando de su libertad y a su vez esencia de su poder,
sin reglas externas a su propia naturaleza.
Caminaremos ciegos a su presencia, pero agradecidos por su
bondad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario