El mundo está lleno de despropósitos, los cuales traen a nuestro
planeta de cabeza al hoyo… Muchos con la excusa de buscar un
bienestar común o simplemente una mejora económica, siempre pasa
que las consecuencias se olvidan o simplemente se desechan, el caso
es el mismo, vivimos a un planeta y en un mundo donde somos sus
hormigas constructoras, todo crece sin control, cuando ya no vale se
desecha, poco se recupera después o como mínimo se reutiliza. A fin
de cuentas poco les importa a los que mandan, a parte del dinero, eso
es lo que hay.
El viento da
energía, el sol da calor y energía, pero lo que sostiene la luz
artificial general es el átomo, somos las hormigas del átomo,
trabajamos y vivimos para pagar su uso…
Siempre deseamos correr, ser más rápidos y llegar más lejos, de ahí los vehículos, pero la gran tristeza es que de ellos nos valemos y con ellos nos perjudicamos, de ellos viene la polución que poco a poco nos asfixia y nos roba la salud, su combustión nace del petroleo, con el cual contaminamos con sus materias primas así como con sus vertidos este planeta en el que vivimos….
Pobre ignorancia o
necedad en la que crecemos, energías naturales desechadas para
gastar las nucleares que matan, el mundo es un estrés, la vida
natural se ignora, se mata o esclaviza, consumimos con desdén y
capricho, hasta que un día alcancemos el limite de nuestro planeta,
y fallezcamos en sus entrañas desechas, el aire contaminado, las
aguas se volverán veneno y la tierra ya no será fértil si el sol
cae como asesino sin una atmósfera que lo filtre… Todo con el
tiempo muere si no se cuida.
Construir se nos da
bien, pero imponer un cambio es otro despropósito de nuestra raza,
somos cómodos y solo la necesidad extrema nos moverá en la
dirección adecuada, quizás lo logremos o quizás sea demasiado
tarde.
Molinos, placas,
reciclaje, vehículos ecológicos, responsabilidad, el mundo
encuentra pero luego todo es un lujo o un capricho, en vez una
obligación por el bien común…
hormigas atómicas
que crecemos a un mundo lleno de maravillas y matamos en pos de la
comodidad y el lujo, algún día dejaremos de correr y miraremos al
cielo con preguntas diferentes, con aspiraciones que de verdad nos
salven del fin del mundo, que nosotros traemos con nuestros
despropósitos.
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