A las malas lenguas les gusta cantar, retozar y amarrar, ya
sea la verdad, las dudas o las calumnias,
no hay desperdicio con su paladar, ya recorre a bocados de aquí y allá
al despuntar el día con apetito hasta caer la noche… su insustancial sacrificio
da frutos y alcanza a romper los cristales de confianzas ingenuas.
Hay lenguas ácidas, que amargan a su alrededor y sea con
verdades fuera de contexto, como mentiras envenenadas…
Hay lenguas
ponzoñosas, siempre atentas para envenenar la conciencia ajena…
Ha lenguas sinuosas, por todos lados se cuelan y van dejando
la semilla de la duda.
Hay lenguas grasientas, todo lo ungen de halagos para robarte la confianza y arrastrarla por el fango.
Hay lenguas de santos apóstoles, viven predicando el bien y
persiguiendo el mal, para enterrar sus faltas bajo la sombra ajena.
Hay lenguas renegonas, todo lo niegan, todo les falta y es
la misma dejadez la que atrae su fama.
Hay lenguas picantonas, en su paladar solo existe el
prestigio y las faltas, para perseguir con afán la lujuria y su alimento
carnal.
Hay lenguas mártires, nada pueden ni tienen, en un único
afán de recibir la lastima y criticar al digno.
Hay lenguas de sembrador, cultivan y riegan sobre los
ingenuos, recolectan de su simiente en su beneficio y niegan las influencias
absorbentes.
Hay lenguas sin portal, entra y sale compartiendo en
generosidad su saber, siempre manchado de suspicacia.
Hay lenguas sanguijuela, se encadenan a un anfitrión
alimentándose del pesar del mismo, abandonándolo a su suerte en estado de
anemia afectiva y confianza, siempre expulsando los restos a sus espaldas.
Hay lenguas de buena fe que en su empeño de abogar por
otros, hunden más la imagen del prójimo.
Muchas lenguas recorren los círculos que nos rodean y
siempre olvidando, que ninguno esta
extinto de culpa…
NADIE ES LIBRE DE
TIRAR LA PRIMERA PIEDRA…
No hay comentarios:
Publicar un comentario