XIIL
Esos ojos me marcaban,
Mi alma se sentía
Marchita…
Ante una pasión tan digna,
Devoción de todo poeta.
Los sueños clamaban
Dar voz a sus fantasías,
Hacerse sentir
Como parte de esta vida.
Son las esperanzas de los soñadores,
El escape del oprimido,
La fantasía del enamorado,
Y la gloria del artista.
Démosles un camino
Y nos cubrirán de plenitud
De una gloria perdida.
Enseñémosles al mundo su fortaleza
Y sentirán una renovada esperanza,
Un resurgir cuyo orgullo
Recuperara la confianza perdida.
Busquemos en nuestro interior,
Luchemos con nuestros miedos,
Y caminemos poco a poco
Dando un paso hacia el futuro,
No miremos atrás,
Extendamos nuestras manos,
Y rocemos nuestras almas,
Con una caricia de cariño,
Con un soplo de calor
Que recorra nuestro ser,
Que nos de fuerza
Y la pasión de vivir,
No olvidemos que
Nuestra humildad vive
En pequeños actos,
Y en deseos que superan
Nuestra imaginación.
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