Muchos nos esforzamos y velamos porque no nos falte lo
básico para ir viviendo e incluso sobreviviendo, así la vida exija más o no se
tenga suficiente, es en ese grupo social donde crecen o pululan las sombras de
la humanidad, la sombra social que muchos deciden ignorar e incluso despreciar.
A fin de cuenta somos y seguimos ahí porque luchamos, para
bien o para mal, con una sonrisa si se puede y si no con una voluntad férrea, por
no rendirnos ante las adversidades, así nos arrastre por el fango con la digna
fortaleza de saber que antes o después pisaremos fuerte y nos levantaremos de
nuevo, sea de donde sea, estemos ciegos ante el mundo o seamos invisibles al
mismo.
Sombras que luchan por unos hijos bien amados pese al
infortunio de no tener apoyo de nadie, ni un hombro en quien apoyarse, que
lloran a escondidas y se levantan cada día esperando lo mejor y mirando a sus
niños con un deje de tristeza y esperanza, porque todo salga bien y no
padezcan más días de necesidad o falta de víveres por la escasez y los bajos
ingresos, aun así siguen luchando por hacer lo mejor por esas personitas que
aman de todo corazón, muchas ignoradas y estigmatizadas, solas y destruidas o
rechazadas por esta sociedad, donde lo único bueno son las familias de dos cónyuges…
Sombras del pasado, donde a día de hoy continúan a tu
presente por falta de recursos, por ignorancia, por abandono, por soledad o
simplemente por rechazo de quienes tu considerabas tu pilar a tu infancia,
decepcionándote y tirándote al ruedo sin recursos ni conocimientos con los que
lidiar con una vida fuera de tu alcance por ello, lo analfabetos que luchan por
un lugar a la sociedad laboral y mucho son engañados o despreciado por su falta
de estudios, los pobres que luchan por evolucionar pese a su falta de ingresos
o transporte propio, o aquellos que al salir de las faldas de su madre
encontraron el fuerte agarre de las drogas….
Pasados que muchos todavía arrastran o sencillamente se arrepienten de
decisiones pasadas. Pasados que quedaron atrás y construyeron a personas
fuertes y autosuficientes pese a las dificultades, personas que superaron
errores y se reconstruyeron desde cero, o como poco sacaron adelante a una
familia pese a dependencias nocivas, educando a unos hijos decentes, autosuficientes
pese a las limitaciones.
Sombras que crecieron bajo la vergüenza ajena, el escrutinio
y el rechazo, sintiéndose inadecuados, confusos y rechazados por no comprender
quienes son e incluso quienes pueden ser, pues nadie les dice que ser así está
bien, el amor propio los salvara, la sociedad los exiliara y el folklore los
ensalzara y no serán invisibles, pues su dignidad como ser humano y moral los
levantaran del fango de desprecio social. No importa de donde vengas, solo
quien eres por encima de tu nacimiento, tú eres y serás quien tú sientas ser, vives
contigo y los demás que se apañen con sus perjuicios.
Sombras del gran árbol, que todo sostenía y un día talaron
sus ramas y se quedó vacío, ese árbol en el que se apoyaba sus allegados, el
que protegía cuanto amaba, cuidaba de amistades y gente cercana, un día
descubrió que sin su sombra ninguno se quedó a su lado a sostenerlo, a darle
apoyo, sombras de un abandono abrupto y cruel, ligado a tu riqueza, tanto
tienes tanto te quiero, así son tratados muchos y ante los ojos del mundo dejan
que los adulen, olvidando ver más allá
hasta que una vez cae el árbol y nadie
te quiere, demostrando ser parásitos, convirtiéndote en un paria, sin tu fuerza
e influencia pasada, vacío y solo, roto… convirtiéndote en un indeseable…
Sombras del mundo, aquellos cuyas vidas por un revés o por
la misma sociedad, se ven mendigando,
muchos como pordioseros, otros de los desechos sacan algo para ir viviendo,
muchos sencillamente se tiran a las calles a pedir limosna, a un a riesgo de
ser maltratados, viven conociéndose, envidiando la vida cálida que otros
tienen, de sus recuerdos de antaño, escuchando las desdichas de compañeros y
compartiendo un trago, que te sabe cálido bajo el intenso frío del invierno,
tantos son que es imposible no verlos, pero aun así son ignorados, es lo más fácil para esta sociedad, tratarlos como delincuentes antes que como seres
humanos, que viven en desdicha recorriendo las calles, pidiendo en las esquinas
con la vergüenza al corazón.
Sombras del poder, huyen llenos de miedo, dolor y tristeza,
abandonando una vida, una familia, su hogar, sus raíces, con la única esperanza
de sobrevivir, escapando de una guerra, de matanzas, de destrucción, de
sometimiento, víctimas de gobiernos egoístas, que primero miran por su economía
o intereses de poder, que por las vidas que afectan y destruyen, sombras que
recorren el mundo con la fe de encontrar un lugar donde empezar de nuevo,
sombras llenas de dolor y esperanza….
Sombras de la pobreza, cuantos han crecido sin conocer otra
cosa que las prohibiciones, el deseo de un mundo como en la televisión,
saliendo a la calle a robar para poder comer, sin estudios, con que afrontar la
vida y tener un empleo, siendo como muchos dicen “una rata callejera”, a veces
por necesidad, otras, pues porque es lo que te inculcan, muchas por ser lo único
que se puede hacer, cuando te escupen en la cara y te rechazan a diario por no
tener nada o agradecer lo que otros desechan y te dan. La vida es dura, te
dicen, pero más duro tienes que ser tú, si algo quieres ves por ello salga bien
o mal, que mal ya estamos, así sin ver una salida mejor, un día tras otro,
aunque veas que algunos se enriquecen y tú lo único que buscas es no te falte
que comer, ni a ti ni a los tuyos, la vida es dura, la calle es dura, tú eres más duro, no hay más.
Sombras del orgullo, son tantos los que recorren el mundo
por el orgullo, evitando mirar atrás, añorar o sencillamente arrepentirse o
replantearse lo que en el pasado te llevo lejos de tu hogar, familia y amigos,
el orgullo es poderoso si es guiado por el rencor, nos vuelve necios y tercos,
muchos han seguido su vida así encerrados y negados a perdonar, perdiendo la
oportunidad de dar un último abrazo a unos padres a los que dejo atrás muchos
años atrás…. Son tantos los que por una pelea se marchan, son tantos los que
crecen lejos del cariño, que buscan un lugar donde empezar y sentirse
correspondido ajeno a tus allegados de toda la vida. Aquellos que a la hora de
verdad no tienen a nadie cerca, si enferman, si sufren, si padecen,
sencillamente miran al frente y deciden no retroceder, así mueran solos.
Todos buscamos la felicidad, pero muchos somos las sombras
de las heridas que nos marcaron, siendo sombras para quienes no comprenden
nuestro dolor, sencillamente pisamos el mundo como el resto, desde perspectivas
distintas.
Sombras, somos una gran mayoría, bajo la mirada descuidada de
la sociedad e incluso la familia, ni esos son excluidos de los males de nuestra
sociedad, somos los que viven luchando y sobreviviendo a los estigmas de otros
en su mente, asumiendo culpas que no nos corresponden, caminando con cargas
impuestas y aun así nos levantamos con la esperanza de cambiar nuestra vida y
escapar al veneno que nos rodea. SOMOS SOMBRAS DE LAS IMPUREZAS DE LA SOCIEDAD.